Un muy buen programa
LOS CAMBIOS INSTITUCIONALES DEBEN SER DE TAL NATURALEZA QUE- AL CONTRARIO DE LO QUE SUCEDE HOY- NO SEAN PERCIBIDOS COMO AMENAZA, SINO COMO UNA OPORTUNIDAD.
El crecimiento económico es una condición necesaria para el desarrollo más inclusivo de un país, un objetivo generalmente compartido en Chile. Está directamente asociado a la reducción de la pobreza (que en nuestro país aún afecta al menos a unos dos millones de personas) y permite el financiamiento de una buena red de protección social para la clase media. En las últimas décadas Chile ha crecido como pocos países, pero lamentablemente durante el actual gobierno esta situación se ha revertido dramáticamente.
Esta última preocupante situación indujo a un conjunto de gremios empresariales (Asoex, Acti, Asimet, Corporación de Bienes de Capital, y Asexma) a encargarle a un grupo transversal de muy distinguidos economistas y/o cientistas políticos vinculados a las universidades Adolfo Ibáñez, Católica, y de Chile (Manuel Agosín –decano y mi vecino columnista en La Tercera-, Claudio Agostini, Ignacio Briones –decano-, Guillermo Larraín –coautor de El Otro Modelo-, Verónica Mies, José Miguel Sánchez –decano-, y Raimundo Soto, coordinador del proyecto), una propuesta para lograr más y mejor crecimiento de largo plazo.
Después de seis meses de trabajo, el mencionado grupo de siete expertos ha entregado a la opinión pública un valioso trabajo, que incluye dos partes complementarias.
Una muy breve –pero esencial- resalta la importancia que tiene la confianza en el proceso de crecimiento económico. Aún a riesgo de sobre simplificar, los agentes –sean éstos personas o empresas- han ido perdiendo en Chile la confianza en que podrán recibir el fruto de sus esfuerzos, lo que desincentiva el ahorro, la inversión, la innovación y el trabajo, entre otras cosas. Los autores le atribuyen buena parte de esta falta de confianza a las instituciones públicas existentes, que se deben perfeccionar y modernizar para evitar su captura por grupos de interés, y apelan a la colaboración del sector privado en esa tarea.
En otras palabras, el informe señala que el objetivo debe ser la creación de un clima en que el actuar de todos los agentes, públicos y privados, sea visto como beneficioso para toda la sociedad, y en que los cambios institucionales –al contrario de lo que sucede en la actualidad- no sean percibidos como una amenaza, sino como una oportunidad de progreso para todos.
La otra parte del informe –la más extensa y concreta- propone una serie de medidas importantes para lograr lo anterior. Lo hacen a partir de lo que sugiere la teoría económica y los estudios existentes sobre nuestra realidad, teniendo como trasfondo una economía de mercado en que el Estado interviene para corregir fallas, si esto resulta costo-eficiente. No todos los economistas estarán de acuerdo con cada una de las medidas propuestas y una parte de ellas posiblemente sean políticamente incorrectas, pero si adoptadas, en su conjunto, permitirán lograr un mayor y mejor crecimiento en Chile.