La justicia mira al dueño del PSG
Qatar sigue siendo objeto de tensión en el fútbol mundial. Además de las dudas respecto a la manera en que se ganó la organización de la Copa del Mundo de 2022, ahora el emirato está siendo investigado por presunta corrupción en la adjudicación de los derechos de transmisión de varios Mundiales, a través de Bein Media, de propiedad de Nasser Al-Khelaifi, el también dueño del PSG.
El ministerio público de la Confederación Suiza anunció que el pasado 20 de marzo se abrió una investigación por “sospechas de corrupción privada, estafa, gestión desleal y falsificación de documentos”, precisando que una operación “coordinada” fue llevada a cabo por varios países. No sólo Al-Khelaifi está involucrado. También la justicia helvética abrió un proceso penal contra Jerome Valcke, exsecretario general de la FIFA (otrora mano derecha de Joseph Blatter), ya suspendido por 10 años, por otros casos de corrupción.
Ayer, la sede de Bein Sports en París fue registrada por la Fiscalía Nacional Financiera Francesa. Dos magistrados de la fiscalía gala, asistidos por investigadores de la brigada de lucha contra la corrupción, acudieron a sus oficinas.
Ante esto, la cadena se defendió de las sospechas mediante un comunicado. “BeIn Media Group niega todas las acusaciones vertidas. El grupo colaborará totalmente con las autoridades y aguarda con serenidad las nuevas etapas de la investigación”.
En el caso de Valcke, en Suiza sospechan que pudo haber sido sobornado para otorgarle los derechos televisivos en varios países de las Copas del Mundo de 2018, 2022, 2026 y 2030. Por su parte, la investigación hacia Al-Khelaifi se centra en la transmisión de los Mundiales de 2026 y 2030.