LEGADO EN EDUCACIÓN
SEÑOR DIRECTOR
Se ha discutido estos días sobre el legado de la Presidenta Bachelet. En mi opinión, algo realmente demostrativo de su gobierno es que sus discursos no se condicen con la realidad, en particular en materia educacional.
Mientras dicen preocuparse por la calidad de la educación y la necesidad de fortalecerla con especial atención en los estudiantes de básica y media, la Presidenta y sus ministros han estado mucho más atentos a los gritos de la Confech.
Una muestra es lo que vemos en el proyecto de ley de presupuesto. En esta ley podemos determinar las prioridades de un gobierno, pues implica destinar más o menos recursos de acuerdo a lo que es más justo o necesario. Y este gobierno ha sorprendido faltando no solo a su compromiso sino también a la ley que ellos mismos impulsaron y aprobaron.
Los colegios subvencionados que se transformaron en gratuitos bajo la ley de fin al lucro, copago y selección –mal llamada “ley de inclusión”- lo hicieron de acuerdo al “aporte de gratuidad” que contemplaba un aumento de 0,1 USE (unidad de subvención educacional) anualmente, es decir, partía en 0,25 en 2106, aumentaba a 0,35 en 2017 y llegaba a 0,45 el próximo año. Sin embargo, el gobierno ha decidido, de manera unilateral, arbitraria e ilegal, congelar ese aumento en 0,35.
Esto impacta a más de 2,7 millones de estudiantes en todo Chile, y aunque la propia ministra de Educación trate de minimizar la problemática diciendo que “solo son $2.500 por alumno”, en el caso de los establecimientos municipales los recursos que debían entregarles y no llegarán son $462 millones en San Bernardo, $235 millones en Melipilla y $ 118 millones en Peñaflor, solo por nombrar algunos.
Entonces, nos preguntamos por el legado de Bachelet. Para estudiantes, sostenedores, padres y apoderados es uno solo: engaño.
Jaime Bellolio
Diputado