La Tercera

STOP CON VIDAL

- Por Rodrigo Sepúlveda Periodista

No lo puedo creer. La virulencia con la que se ataca a Vidal es enigmática. Casi se está opinando de un criminal. Se le cuelga el mote de alcohólico con facilidad. Se le trata como beodo como si, los que lo acusan, tuvieran en el velador de su pieza exámenes de sangre diarios del jugador. Parece que quien hoy intente inclinar la balanza hacia Vidal es un pecador.

Varios lo apuntan como el gran responsabl­e de la eliminació­n, el único culpable. ¡Qué idiotez más grande! ¿Un alcohólico sería titular en el Bayern? ¿Un ebrio estaría en la lista de los mejores volantes del mundo? ¿Un curado puede ser titular con Sulan- tay, Bielsa, Sampaoli, Borghi, Pizzi, Heynckes, Guardiola, Ancelotti, Conte, Allegri? Imposible.

Más respeto con Vidal. Se equivocó feo en el episodio del Ferrari en plena Copa América y debió ser sancionado. Sampaoli lo dejó, pensó en ganar y no en implantar método. Si hubiera sido un jugador de segunda línea lo mandaba fuera. Luego, falló en el momento que decidió ir al casino antes del partido con Paraguay. Error. Era su día libre, pero esa inoportuna salida lo desenfocó y jugó, como TODO el equipo, de manera deplorable. Personific­arlo como el único blanco de crítica y definirlo como un borracho es de una tremenda bajeza.

Cada uno estampa sus apelativos y diagnóstic­os. En esta elección, yo defiendo a Vidal del linchamien­to. Además que con técnicos que tienen la etiqueta de súper disciplina­dos, Vidal jugó siempre. El único que se atrevió a castigar públicamen­te fue Claudio Borghi. El resto calló.

Vidal ha jugado en la Selección desde 2007, 99 partidos (38 por eliminator­ias). Suma 23 goles. En la era Pizzi , 10, al igual que Vargas. Si es tan bueno para el copete, esos números no los podría alcanzar. Tirar mierda es un ejercicio gratis en este país. Ver el sufrimient­o de un tercero es un caramelo. Varios se deleitan con la descalific­ación hacia Vidal; yo la detesto. La encuentro injusta y gratuita. Si Sampaoli dijo, privadamen­te, que Vidal era ingobernab­le con el alcohol, ¿por qué no hizo nada como líder de la selección?. Guardó silencio y lo utilizó.

No tengo idea qué hace Arturo Vidal en su vida privada en Munich. Sólo evalúo su juego, actitud y rendimient­o en las canchas alemanas. En ese terreno vuelvo a ratificarl­o: es el mejor volante del mundo. Piensen más antes de escupirlo.

No ir a Rusia no fue culpa sólo del Rey. Fue una FARRA de todos, de un plantel y de Pizzi, que se fue, inexplicab­lemente, sin desnudar frente al país las razones del fracaso más grande de esta generación.

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