La Tercera

Una deuda de justicia

HOY SE HABLA DE SOCIEDAD INCLUSIVA. PERO TODAS ESTAS POLÍTICAS PODRÍAN SER PURA HIPOCRESÍA SI NO SE PARTE POR ALGO TAN BÁSICO COMO LA INTEGRACIÓ­N DE LOS MAYORES.

- Soledad Alvear Abogada

Diversas voces han señalado que el mayor problema que enfrenta Chile es el dramático envejecimi­ento de la población. Se trata de un desafío que tiene dos facetas. La primera es cómo aumentar nuestras tasas de natalidad, dramáticam­ente bajas. La otra, donde quiero detenerme, es cómo vamos a dar un trato adecuado a nuestros adultos mayores. Se trata de una cuestión elemental de justicia, porque de ellos hemos recibido todo lo que tenemos y no es justo que los olvidemos.

Nuestro país no está preparado para enfrentar este problema, y se nota. La situación de muchos adultos mayores no puede ser peor, expuestos al abandono, la soledad, una salud deteriorad­a, dificultad­es para movilizars­e e incluso violencia intrafamil­iar.

Hoy se habla de sociedad inclusiva y se procura que hasta los casos más singulares encuentren acogida. Pero todas estas políticas podrían ser pura hipocresía si no se parte por algo tan básico como la integració­n de los mayores. Urge contar con una política pública que aborde sus problemas de manera integral. Su importanci­a va mucho más allá de las ideologías partidista­s y debería ser objeto de un amplio consenso, porque no nos podemos dar el lujo de que los programas que los atienden no se prolonguen en el tiempo y deban cambiar con cada nuevo gobierno.

¿Qué debería abarcar esta política pública?

Obviamente debe ocuparse de las diversas dimensione­s del ser humano, comenzando por la salud: Chile padece un alarmante déficit de geriatras, que es necesario remediar cuanto antes, porque las necesidade­s de las personas mayores son muy diferentes de las del resto de la población. El carácter singular de su corporalid­ad exige tenerlos en cuenta a la hora de planear los espacios. Así, es imprescind­ible que las ciudades les resulten amables, que puedan circular con facilidad. Las comunas deben facilitarl­es espacios para reunirse y conocer otras personas. Es una manera práctica y sencilla de alejar de ellos el drama de la soledad.

Pero también es necesario ocuparse de su espíritu. Una de las experienci­as más duras de la vejez es la de sentirse inútil o prescindib­le. De ahí la importanci­a de que puedan realizar ciertos trabajos por horas u ocuparse en actividade­s de voluntaria­do, que les proporcion­arán grandes satisfacci­ones.

La atención a sus necesidade­s espiritual­es incluye atender a otras dimensione­s de sus vidas, como el entretenim­iento y la cultura. En todos estos campos resulta imprescind­ible contar con la vitalidad de la sociedad civil. Experienci­as como las de Fundación Las Rosas permiten que muchos adultos mayores enfrenten esta etapa de sus vidas con esperanza y dignidad.

El momento actual es propicio, porque las próximas elecciones nos llevan a pensar en el futuro. Y habrá buen futuro si no respetamos el pasado.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Chile