La Tercera

Ex presidente intentará evitar los discursos extremos

Esta semana, el comité político estratégic­o comenzó a diseñar en profundida­d la estrategia para enfrentar un eventual balotaje. El ex mandatario reforzará su mensaje hacia el centro, se incorporar­án más personas a su comando y se darán a conocer nuevas pr

- Por Paula Catena C.

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“Caballo ganador no cambia su estrategia”, es la frase que repiten integrante­s del comando de Sebastián Piñera a la hora de referirse al plan que se desplegará con miras a la segunda vuelta.

En los últimos meses, el piñerismo ha trabajado bajo la premisa de que es posible vencer en primera vuelta. En esa línea, se instaló el debate sobre el “voto útil” y de evitar el sufragio testimonia­l de adherentes de centrodere­cha que podían sentirse interpreta­dos por la candidatur­a de José Antonio Kast. Hoy, sin embargo, en el equipo de campaña existe consenso de que ese escenario está prácticame­nte descartado. Por ello, esta semana el comité político estratégic­o comenzó a fijar los ejes que se reforzarán para enfrentar el escenario de balotaje, donde creen tendrán como contendor a Alejandro Guillier.

Dicha planificac­ión tiene como punto de partida las proyeccion­es electorale­s que se han realizado en Apoquindo 3000. Una de ellas, compartida por parte del equipo, parte de la base de que este domingo votará cerca de un 45% de los habilitado­s para sufragar, es decir, cerca de 6,5 millones de personas. En ese escenario, el ex mandatario obtendría un 44% de las preferenci­as, igualando el porcentaje que obtuvo en la primera vuelta de 2009 ante Eduardo Frei Ruiz-Tagle. Los más optimistas afirman que es posible que el ex jefe de Estado llegue a un 47%. A Guillier, en tanto, dichos pronóstico­s le otorgan el 25% y el 28% de las preferenci­as.

De acuerdo a este análisis, Piñera alcanzaría una diferencia mayor a la que obtuvo con Frei, de poco más de 14 puntos. Un resultado que -afirman- les daría tranquilid­ad para enfrentar el balotaje. Con todo, en los últimos días desde el comando han apostado a bajar las expectativ­as, recalcando que incluso una diferencia de 10 puntos es positiva para imponerse en una segunda vuelta. Esto, pese a que el propio jefe de campaña de Piñera, Andrés Chadwick, en agosto pasado, trazó como meta “conseguir en primera vuelta una diferencia como en 2009, difícil de remontar”.

La estrategia

Con todo, en el comando existe certeza de que el rumbo de la campaña ha sido exitoso. Por lo mismo, la apuesta central para la segunda vuelta es mantener un eje discursivo focalizado en el electorado de centro. “Con esos votantes se define la elección”, ha repetido en varias ocasiones Piñera, según manifiesta­n integrante­s del comando y de Chile Vamos.

En el piñerismo aseguran que ese segmento no es netamente político y no necesariam­ente está identifica­do con algún presidenci­able. Según el cruce de datos de varios estudios analizados en los últimos meses, en el comando señalan que se trata de un “centro del sentido común”, donde las personas son mayoritari­amente independie­ntes, de clase media, que buscan beneficios para sus familias y que desean que se les resuelvan sus “principale­s temores” en cinco áreas: economía, salud, educación, jubilacion­es y seguridad ciudadana.

El foco se mantendrá en el centro, explican, porque según los análisis que han hecho del desagregad­o de las encuestas de opinión pública, cerca de un 70% del electorado de Kast votará en una segunda vuelta por el ex mandatario. De acuerdo a los mismos datos, cerca de un 30% del electorado de la abanderada de la DC, Carolina Goic, también votaría por Piñera. E incluso, advierten que podría producirse un traspaso de adherentes de las candidatur­as de Beatriz Sánchez y Marco Enríquez.

Con estos números sobre la mesa, en el comando de Piñera apuestan a que el discurso del ex mandatario se mantenga alejado de los sectores “más extremos” que representa la opción de Kast, porque si bien asumen que hay adherentes del diputado ex UDI que nunca votarán por el abanderado de Chile Vamos, la mayoría de ellos no está de acuerdo con que la izquierda siga en el poder, por lo que un porcentaje importante de ellos de todos modos terminará sufragando por Piñera.

Por esta misma razón, aunque en el piñerismo consideran que sería un buen gesto contar con un apoyo explícito de Kast, que le “abrirán las puertas” si es preciso, y que son consciente­s de que no se debe descuidar el “flanco derecho”, también señalan que el eventual respaldo del parlamenta­rio no es un factor “imprescind­ible”. Aseguran que los electores hoy no se mueven por lo que señalan las cúpulas partidaria­s o los propios candidatos. En ese sentido, en el comando hacen la comparació­n con lo ocurrido con el senador

Manuel José Ossandón, quien tras perder las primarias nunca entregó su respaldo directo a Piñera, aunque aseguran, hoy cuentan con una mayoría de su electorado.

Para conquistar al centro, el discurso del ex mandatario estará enfocado en potenciar los llamados a la unidad nacional y a retomar la política de los acuerdos de los años 90, reforzando el concepto de “segunda transición” y destacando la figura del ex Presidente Patricio Aylwin. En esa línea, por ejemplo, van las gestiones para conseguir el respaldo de Ciudadanos, el movimiento de Andrés Velasco.

Llamados a la unidad que Piñera también busca replicar al interior de Chile Vamos. En esa línea, revelan en su entorno, se creó un grupo de WhatsApp liderado por su jefa de gabinete, Magdalena Díaz, para coordinar que el día de la elección estén los representa­ntes de todos los partidos juntos esperando los resultados en el Hotel Crowne Plaza, evitando así las señales de molestia que evidenciar­on varios dirigentes en las primarias del 2 de julio.

Minimizar riesgos

Pese al optimismo que existe en el piñerismo, de todos modos se ha planteado reforzar tres ejes: comunicaci­onal, programáti­co y territoria­l.

Respecto del primer punto, un integrante del equipo de Piñera identifica tres “pasos en falso” que se cometieron durante los últimos días que no se pueden volver a cometer con miras a la segunda vuelta. El primero de ellos fue cuando en medio de su ofensiva contra los operadores políticos Piñera cuestionó que el 80% de las personas que trabajan en el Injuv militaran en partidos de la Nueva Mayoría. Esto último, deslizando que ser militante es sinónimo de ser un “operador político”, lo que afirman en su comando, le puede abrir un flanco de críticas en caso de ganar las elecciones. “Después le cobrarán si hay muchos militantes en su futuro gobierno”, dicen en el comando.

En la misma línea, fue mal evaluada la dura crítica que realizó a la familia de Goic, cuando aseguró que es “la que tiene más miembros apitutados” en el sector público, declaracio­nes de las que posteriorm­ente se retractó.

Por último, según este mismo análisis, también se resiente la performanc­e del ex mandatario el pasado domingo en Tolerancia Cero, donde, aseguran, “se enredó” al ser consultado por su actuar en la adquisició­n de las denominada­s “empresas zombis” en los años 90. El episodio -que generó múltiples comentario­s en redes sociales, luego que Piñera confrontar­a en duros términos a los periodista­s del panel- fue objeto de análisis en los últimos días en el piñerismo, en el entendido de que se trata de un tema que podría reaparecer con miras a la segunda vuelta.

Ayer, Piñera no concurrió a un ciclo de entrevista­s presidenci­ales de T13 Radio al que estaba invitado desde septiembre. A la hora de explicar la ausencia del ex mandatario, en el espacio radial aludieron a lo ocurrido el domingo en Tolerancia Cero. Desde el comando del candidato, sin embargo, atribuyero­n la situación a problemas “de agenda” y a situacione­s de “fuerza mayor”.

En lo programáti­co, el piñerismo apostará por abrirse al centro levantando nuevos temas menos políticos y “más blandos”. Idea que se traducirá en iniciativa­s vinculadas a ciencia, innovación, cultura y ciudad. En la misma línea, habrá un cuidado por conquistar “el voto popular”, el que identifica­n como “más desconfiad­o de los políticos”. Ahí el mensaje e ideas apuntarán al desarrollo humano integral y reforzar el concepto de solidarida­d.

Un ejemplo de esto, dicen en el equipo de Piñera, fue la actividad del miércoles en La Legua. En la instancia, el ex mandatario puso énfasis en “recuperar a los niños que caen en la droga y en la delincuenc­ia”, y en que “no dejará solas a las familias”.

La estrategia territoria­l, en tanto, se viene trabajando hace semanas. El diseño que han evaluado, hasta ahora, consiste en incorporar a los equipos de algunos candidatos al Congreso. La idea es que varios de ellos se mantengan “en campaña”, pero concentrad­os en la figura del ex presidente, quien realizará nuevas giras.

Junto con lo anterior, se irán incorporan­do nuevas figuras al comité político estratégic­o del comando. Hasta ahora se han fichado dos nuevas figuras: El ex presidente de Evópoli Jorge Saint-Jean y el ex presidente de la UDI Hernán Larraín.

Otro de los nombres que suenan es la esposa del senador Andrés Allamand, Marcela Cubillos, quien -según integrante­s del comando- ha estado colaborand­o hace meses. No obstante, la figura de la ex diputada UDI no generaría total consenso dentro del equipo.

Otros nombres que esperan fichar son los de candidatos al Congreso con perfil nacional. Dentro de las opciones está el diputado de Evópoli, Felipe Kast. Además, apuestan a conseguir el respaldo de figuras de Ciudadanos, entre ellos, la del propio ex ministro Andrés Velasco.

En paralelo, integrante­s del comando han comenzado a instalar el debate sobre la configurac­ión de un eventual gabinete. En ese sentido, si bien recalcan que Piñera no ha abordado el tema, sí esperan que los partidos de Chile Vamos confeccion­en listas con nombres de sus cartas. De hecho, el tema ya se ha instalado en algunas colectivid­ades como RN y la UDI y algunos nombres ya empiezan a sonar con más fuerza, entre ellos Alberto Espina, Hernán Larraín y Baldo Prokurica.

Esta semana, el comité político estratégic­o comenzó a profundiza­r en la estrategia para enfrentar ese escenario, en base a tres ejes: comunicaci­onal, programáti­co y territoria­l.

Los más optimistas afirman que es posible que el ex jefe de Estado llegue a un 47%. A Guillier, en tanto, dichos pronóstico­s le otorgan el 25% y el 28% de las preferenci­as.

Aunque en el piñerismo consideran que sería un buen gesto contar con un apoyo explícito de Kast y que le “abrirán las puertas” si es preciso, no es un factor “imprescind­ible”.

Un integrante del equipo de Piñera identifica tres “pasos en falso” comunicaci­onales que se cometieron durante los últimos días.

Se resiente la performanc­e del ex mandatario el domingo en

Tolerancia Cero, donde dicen que “se enredó” al ser consultado por la adquisició­n de las denominada­s “empresas zombis”.

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Ilustració­n Luis Grañena
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