SENTENCIA DEL CASO LUCHSINGER
SEÑOR DIRECTOR
Conocido los argumentos de la sentencia que absolvió a los imputados en el caso Luchsinger, es posible simplificar el contenido de ella en dos ámbitos: los fiscales y las policías realizaron una investigación defectuosa que comprometió los resultados de la misma y esos defectos son tan significativos que no lograron formar convicción de la participación de quienes estuvieron meses privados de libertad, bajo la imputación pública de culpables.
La sentencia revela problemas serios en la política pública de persecución penal. La primera, es la crítica recurrente en los últimos años a la calidad de las investigaciones y el rol de las policías especialmente en casos complejos, que se demuestra en temas como el reconocimiento fotográfico y el resguardo del sitio del suceso. La segunda, es el uso abusivo y prolongado de la prisión preventiva en asuntos de alto impacto público. La pregunta que todo sistema legal debería resolver es si acaso las personas sujetas a esas restricciones de libertad sin justificación aparente deberían obtener indemnizaciones por parte del Estado.
En los últimos años la Corte Suprema ha reconocido el derecho a indemnizaciones para hipótesis como esta, que, aunque excepcionales, han implicado reconocer que si el sistema de persecución penal se equivoca durante la investigación, esas personas tienen derecho a justas compensaciones.
El Ministerio Público aún tiene posibilidades de impugnar la decisión del tribunal oral, pero este caso refleja como pocos las debilidades de una inadecuada persecución penal e investigación policial, pero también demuestra la importancia de los jueces como mecanismo de control institucional para la sanidad de la democracia. Luis Cordero Vega