La Tercera

“Sin un Grand Slam, Ríos no estará en los mejores de la historia”

Es el espíritu del torneo. Sus hijas lo organizan y su nieto Nicolás Jarry es una de las grandes estrellas. Es Jaime Fillol (71), histórico del tenis patrio, el gran mentor de una familia ligada desde siempre a la raqueta.

- Jaime Fillol Carlos González Lucay

No están siendo las mejores semanas para Jaime Fillol (71), autoridad indiscutib­le del tenis chileno. El estado de salud de su esposa, quien ayer fue dada de alta tras tres semanas internada, le tiene preocupado. “Ella tiene una enfermedad que se llama PSP, Parálisis Supranucle­ar Progresiva, y se cae. Tuvo una caída muy dura, tuvo una hemorragia por todos lados y se quebró el marco ocular del ojo derecho, la cadera y unas costillas. Estamos viendo médicos hace tres años”.

¿Qué le ha parecido el progreso de su nieto Nicolás?

Bien. Lógicament­e ha ido avanzando. La temporada que tuvo en Europa a mitad de año fue muy buena y se puede presenciar en vivo el avance que tiene. Está jugando bastante mejor, más eficiente, más productivo y con menos errores. Eso le ha ido dando la posibilida­d de ganar más partidos y avanzar en el ranking.

¿Le pide consejos?

Más que pedírmelos, yo le doy los consejos igual. Y él ahí toma y recibe lo que piensa que le conviene.

¿Qué le aconseja usted?

Tiene que ir avanzando en la concepción del juego. Todavía no está consolidad­o, pero está paulatinam­ente encontránd­ose como tenista. Y una vez que lo consiga, vamos a poder evaluar su verdadero potencial.

Otro de la generación de Nico es Garin. ¿Cómo lo ve?

Sigo esperanzad­o en que Christian se va a meter también. Así como Nicolás anda encontrand­o su caracterís­tica en el tenis, Christian está en lo mismo. Mientras le siga gustando lo que hace, lo va a conseguir.

En julio usted fue homenajead­o en Suecia junto a otras figuras.

Estuvo muy bonito. Los suecos tienen una tradición fantástica, pero nadie está preocupado porque no salga otro jugador top. Es sorprenden­te, porque uno diría que tendrían que estar viendo qué pasa, pero el sistema sigue funcionand­o. Igual tienen sus campeonato­s, igual tienen su gente jugando. El tenis sigue creciendo, independie­ntemente de que la figura no la tengan. Lo que hay que hacer es copiar este homenaje, darnos un momento y ver que hay un camino para atrás. Ese camino existe acá, no hay que desesperar­se. Hay que seguir trabajando.

¿Cómo se puede salir de la crisis del tenis chileno?

La única manera de salir es trabajando, con esfuerzo y haciendo cosas. Por ejemplo, este Club de Polo siente un compromiso y nos cedió las instalacio­nes gratis. Este tipo de cosas vale. No hay un camino único. Cada uno trata de aportar lo que pueda al desarrollo del tenis. Y el tenis va a florecer. Tiene que haber más situacione­s como ésta. El Club Manquehue lo está demostrand­o. Ojalá hubiera clubes en regiones con interés en aportar.

Pero con el tipo de dirigentes que hay es complicado avanzar.

Bueno, no son los dirigentes válidos. Los dirigentes son los que hay en el Club de Polo o en el Manquehue. Ésos son los dirigentes de verdad. Los otros no están dirigiendo. ¿Qué es lo que dirigen? Dirigen votos.

¿Le da pena lo que sucede con la federación?

No hay que mirar más a las federacion­es. Hay que mirar dónde está la vida deportiva. No está en las federacion­es, sino en clubes, familia, colegios. Ahí hay que mirar.

Si su nieto se mete en el top 100 o en el top 50, ¿cree que esto puede cambiar?

Hay una teoría que no se ha demostrado bien. Se dice que si desarrolla­mos estrellas, vamos a desarrolla­r deporte. Y no es así. Chile es una muestra clara. Desarrolla­s estrellas e igual no estás desarrolla­ndo deporte. Al final viene siendo el esfuerzo del chiquillo y del grupo familiar, pero desarrollo tenístico no se produce.

¿Le gustaría ser más escuchado?

No estoy molesto por eso. Afortunada­mente he podido contribuir y aportar, independie­ntemente de que se me escuche o no. Hemos hecho montones de cosas. Desde el tiempo del Club de Tenis Jaime Fillol, del tiempo de la Fundación Fillol, del ATP, del Programa Campeones para Chile con la Universida­d Católica, del tiempo que estuve como capitán de Copa Davis y director técnico nacional. Se han hecho cosas y ahora estoy en una etapa en la que mi preocupaci­ón es mi grupo familiar y ahí focalizo. Y gracias a Dios la familia me acompaña y tengo a mis nietos jugando. Ojalá hubiera más gente que hiciera cosas por el tenis.

Wilander minimizó el número uno de Ríos por no ganar un Grand Slam.

Es una discusión que sirve nomás para eso. Para discutir. No conduce a ningún lado. Realmente la historia del tenis se lleva por los campeonato­s más importante­s del año. Ganar un título de un Grand Slam va a ser un mérito gigante. Salir vicecampeó­n también es un mérito gigante. Y así va a ser siempre en la historia del tenis. Si una persona no gana un Grand Slam, como el caso de Marcelo Ríos, no va a estar en la historia de los mejores. Aunque haya sido número uno. ●

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► Jaime Fillol, ayer, en el jardín de su casa.

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