Fujimori, las primeras horas
¿Está Alberto Fujimori en condiciones físicas para recobrar poder en el fujimorismo? A juzgar por su breve mensaje de agradecimiento a Pedro Pablo Kuczynski y de pedido de perdón al país desde la cama de una clínica, su postración todavía puede durar un tiempo. Su libertad podría ir recuperándolo de sus males, pero también agravarlos.
Todavía no está claro con qué tipo de apetitos políticos y discre- pancias internas reaparece Fujimori, si esos fueran los casos. En este momento sus principales activos, además de una llave para la mayoría absoluta de Fuerza Popular en el Congreso, son el peso de una presencia física y la imagen contestataria de su hijo Kenji.
La mejor salida para Fujimori sería poder oficiar de mediador activo entre los 61 votos keikistas con los 10 votos disidentes. Todo dependerá de si el puesto de patriarca está disponible como algo más que un cargo honorífico, sin colmillos reales. Por lo pronto hasta ahora la bienvenida de Fuerza Popular ha sido formal, por no decir fría.
Asumiendo un Fujimori en buena forma y que además se mantenga indultado, ¿cuáles serían sus problemas dentro de FP? Uno es la competencia con la hija, que no va a desaparecer. Aunque más allá del poder mismo, es difícil comprender qué es lo que estaría en disputa, más allá de ayudar a abrirle espacio al temperamento liberal y modernizante de su hijo Kenji.
A la vez no es difícil imaginar un temprano choque con las figuras más conspicuas de la mototaxi keikista, que se han conducido como disciplinados dueños colectivos del partido. La tirria que les tienen a Alberto y a Kenji no es un secreto, y la rivalidad con la vieja guardia albertista desplazada en el 2016 tampoco lo es.
¿Sospechaba Fujimori que su liberación incendiaría la pradera institucional y que atizaría tan intensamente las llamas del antifujimorismo? Probablemente no, y tratar de calmarlas es una tarea adicional que se le aparece en la puerta de la Dinoes. Significaría convencer de que él puede hacer hoy una diferencia positiva en el fujimorismo, y en la política en general.
Todas estas parecen demasiadas tareas para alguien recién salido de una unidad de cuidados intensivos. Pero quién sabe. Por allí dicen que el tiempo lo cura todo.