La Tercera

Lecturas con encanto

QUE LOS “LIBROS DE CULTO” SEAN PARA MENTES EXIGENTES, Y EL RESTO SEA PARA MENTES LIVIANAS, ES UNA FALSEDAD. SIEMPRE ES POSIBLE ENCONTRAR LA EXQUISITEZ EN EL LENGUAJE.

- Álvaro Ortúzar Abogado

Con el pretexto de una anécdota personal, nos atreveremo­s a sugerir tres libros. Siendo alumno del Saint George, vinieron a coincidir ciertas situacione­s. La primera, el colegio era comandado por el padre G. Whelan, en una época que con acierto examinó la película “Machuca”; la segunda, en mi familia no eran partidario­s de esa visión; y, la tercera, pese al liberalism­o político, se ejercía una fuerte autoridad y mi temperamen­to era algo rebelde. La consecuenc­ia previsible de la unión de tales circunstan­cias fue mi constante expulsión de clases.

La biblioteca en la que esperaba mi castigo era un espacio de cielos altos. Eso sí, era cálida; la luz natural que entraba por las persianas blancas se iba trasladand­o mientras pasaban las horas, resaltando los lomos encuaderna­dos. Más de una vez sentí que las hojas no eran de papel sino de piel suave y liviana como un volantín. Solo un joven podía sentirse dueño de ese tesoro. Había de todo. Sería pretencios­o intentar recordarlo, entre clásicos y biografías de lomo verde, historia. En esos años, sin orden ni concierto, escogí mis novelas y fragmentos, amé los personajes y sus situacione­s se me instalaron para siempre. Por ejemplo, mientras el oscuro Rodión Rashkolnik­ov justificab­a el crimen de la usurera acudiendo a dilemas morales (Crimen y Castigo, de Dostoievsk­i), yo me impresiona­ba con los héroes de Frank Yerby, en El capitán

rebelde, por citar uno, donde jóvenes de largos cabellos dorados y nariz aguileña rescataban a hermosas niñas en terribles peligros de mar o persecucio­nes raciales. El secreto de la hermosura de estos textos no estaba en el tema sino en la forma como estaban escritos.

He aprendido que el libro de culto no es aquel reservado a intelectua­les escogidos. Es la palabra la que la mente percibe como un agrado, descanso, o que induce al pensamient­o. Que los denominado­s “libros de culto” sean para mentes exigentes, mientras que el resto estén destinados a personas livianas, es una falsedad. Siempre es posible encontrar la exquisitez en el lenguaje. Por ello, tomando diversas categorías, desde el más “selecto o culto” hasta el “best seller”, recomiendo sin tapujos: El ferrocarri­l subterráne­o, de Colson Whitehead, ganador simultáneo del Premio Pulitzer y del National Book Award 2017, sobre cómo los abolicioni­stas de la esclavitud construyer­on túneles en pleno sur de Estados Unidos, escrito con un lenguaje maravillos­o y adictivo;

Recursos inhumanos, de Pierre Lemaitre, una novela excelente y brutal, que indaga en un aspecto sórdido entre una empresa y un alto ejecutivo despedido; y La última milla, de David Baldacci, autor que ha vendido cien millones de ejemplares, y que en este caso trata del singular tema de la hipertimes­ia, que padecen no más de seis personas en el mundo. Los tres libros se pueden cerrar en cualquier página y seguir después, soportan arena, sandía con harina tostada y no hay que vanagloria­rse de haberlos leído.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Chile