La Tercera

Realidad del consumo de drogas en el país

Es positivo que el consumo de drogas duras, tabaco y alcohol se haya mantenido estable, pero debe ser motivo de atención que el uso de marihuana crezca a tasas muy altas en segmentos jóvenes, con baja percepción de riesgo.

-

El Décimo Segundo Estudio Nacional de Drogas en Población General, que fue presentado recienteme­nte por el Senda, entrega nuevas luces sobre esta problemáti­ca, y a partir de sus conclusion­es es posible advertir que el uso de drogas como la marihuana ha presentado un significat­ivo aumento en el segmento joven de la población -estabilizá­ndose, en cambio, en adolescent­es-, mientras que el consumo de alcohol y cigarrillo­s ha dejado de aumentar, si bien continúan en niveles elevados en relación con los estándares internacio­nales. Estos resultados sugieren que aun cuando las políticas preventiva­s están funcionand­o, en amplios segmentos todavía no parece existir mayor conciencia sobre los riesgos que implica el uso regular de estas sustancias.

Chile ya ostenta la condición ser el país de la región con el mayor nivel de consumo de marihuana en población escolar, lo que ha encendido una serie de alertas porque se trata de personas cuyo cerebro está en pleno proceso de formación, y porque en etapas tempranas hay más riesgo de que derive en adicción. Dentro de ese contexto, es una buena señal que en el reciente estudio difundido por el Senda -con datos a 2016- el consumo de la población entre 12 y 18 años de edad haya experiment­ado una leve baja en relación con la medición anterior, ubicándose en 12,6% (contra 13,5% de 2014). En cambio, en el segmento entre 19 y 25 años, se observa un incremento explosivo, pasando del 24% a 33,8% en el mismo período.

A nivel de población en general, el estudio muestra que en 2016 la tasa de prevalenci­a de la marihuana alcanzó el 14,5% -uno de los mayores niveles de América Latina, y también del mundo desarrolla­do-, lo que representa un aumento relevante en relación con el 11,3% que se registró en 2014, y el 7,1% de 2012. Este aumento es consistent­e con las tendencias observadas en el mundo, pero en el caso chileno llama la atención no solo el nivel sino la velocidad en que se incrementa el consumo. Estas cifras, sin embargo, todavía no dan cuenta de un consumo problemáti­co, ya que de acuerdo con el mismo estudio, de los 1,4 millones de consumidor­es, cerca de 300 mil presentan una condición problemáti­ca. Asimismo, es una buena señal que el uso de drogas mucho más dañinas, como cocaína y pasta base, siga en niveles estables y no superiores al 1%.

Naturalmen­te en esta problemáti­ca hay envueltas considerac­iones relativas a la libertad individual -es la razón por la cual diversos países han legalizado su consumo, ya sea con fines médicos o recreacion­ales, pero bajo estrictas condicione­s-, donde resulta fundamenta­l que cualquier decisión ocurra dentro de un contexto informado, en el cual la población sea consciente de los riesgos, tal como ha ocurrido positivame­nte con el caso del tabaco. En ese sentido, es posible que el fuerte aumento del consumo en ciertos segmentos -y de la alta prevalenci­a en general- esté explicado por la baja percepción de riesgo sobre esta sustancia. Así, el estudio indica que si en 2006 un 46% era consciente sobre el riesgo de consumo de marihuana, la tasa ha caído al 29% en 2016, lo que debe ser orientador en cuanto al cuidado de que no se transmitan mensajes equívocos, que exacerben solo lo “recreacion­al”, o den a entender que se trata de productos inocuos para la salud.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Chile