Postulados del presidente de la Corte Suprema
El nuevo presidente de la Corte Suprema, Haroldo Brito, en entrevista con este medio, entregó una serie de definiciones acerca de los sellos con que pretende impregnar su gestión, las que pudieron haber sorprendido a más de alguien.
Así, aun cuando el nuevo timonel es reconocido por su línea más “progresista” en materia de doctrina jurídica -tanto en el ámbito de los derechos humanos, como en lo laboral-, dejó establecido que bajo su presidencia no pretende interferir ni opinar respecto de facultades que son privativas de la Presidencia de la República. Al respecto, estima que no le corresponde al Poder Judicial pronunciarse si un recinto penal como Punta Peuco debe ser cerrado -materia respecto de la cual el gobierno ha mantenido hasta ahora un inconveniente suspenso-; en otras instancias, el alto magistrado ha señalado que tampoco cabe a los jueces pronunciarse respecto de las facultades de indulto que ejerza la Presidencia. Sus definiciones sobre la necesidad de modernizar el sistema judicial -como por ejemplo la actualización de los códigos Procesal Civil y Penal- también constituyen una señal valiosa.
Es bienvenido que los distintos poderes del Estado se enfoquen en sus ámbitos y no busquen interferir en las competencias de otros, porque con ello hay más garantías de normalidad en el funcionamiento institucional; en el caso del Poder Judicial, esta prescindencia es aún más relevante considerando que a éste le cabe dirimir los conflictos de la sociedad e impartir justicia.