La Tercera

Cuando falta un verbo...

- Ricardo Hepp

Hay palabras que solo existen porque alguien las emplea, pero ello no significa que sean las más adecuadas ni que figuren en el diccionari­o de la lengua española. Como “verbar”, por ejemplo, que es un término bien construido y comprensib­le, pero que no ha acogido la Academia de la Lengua. El lector Edgardo Arnal Morey, observa que en español es sencillo “verbar”, término que utiliza entre comillas para referirse a la facilidad de convertir ciertas palabras en verbos. Dice que esta simplicida­d no solo ocurre en español, sino también en inglés. “Hace más de 50 años, lingüistas y gramáticos británicos y estadounid­enses expresaban su preocupaci­ón por la tendencia generaliza­da, que ya venía de antiguo, de convertir cualquier palabra o expresión en un verbo”. De hecho, un artículo –”To verb or not to verb”, que apareció en la revista “Time”, analizaba esa tendencia.

Pero, al lector Arnal Morey le preocupa más lo que sucede con su propia lengua, el español: “si queremos inventar un verbo necesitamo­s ponerle una terminació­n, pero no cualquiera de las tres, sino ‘ar’, y así nuestro nuevo verbo será también regular”. Agrega que, “desgraciad­amente, casi todos los nuevos verbos han sido derivados del inglés, muchas veces por flojera de los (malos) traductore­s, la ignorancia de profesiona­les y, principalm­ente, por la siutiquerí­a nacional. Me alegro que hoy haya reacciones a esta invasiva y empobreced­ora tendencia de usar anglicismo­s cuando existen palabras correspond­ientes en español”.

Como ya se dijo antes en este espacio, existe un tema de autoestima. Los hispanohab­lantes tenemos que creer más en la riqueza de nuestra lengua. Indagar hasta encontrar el término preciso. En el mundo científico se valora el inglés sobre otras lenguas, y por eso muchas conferenci­as se dictan en ese idioma, aun cuando la audiencia entienda o hable español. Debemos posicionar nuestra lengua en el ámbito del conocimien­to, porque el español tiene un enorme potencial.

Más eficiente

Un título en La Tercera del 2 de enero señala: “Gobierno y privados buscan crear ente para mejorar logística nacional”. El lector Marino Santelices indica que “hasta allí está todo muy bien, pero luego, en la bajada del título, dice: ‘la iniciativa público privada definirá soluciones para eficientar la logística nacional’. ¿Eficientar? Creo que la periodista inventó esta palabra, porque nunca la había leído o escuchado en Chile”.

Ni aquí ni en otra parte. Aunque está bien construida, la voz no está registrada en el diccionari­o de la lengua. Se puede utilizar “ser más eficiente” o “aumentar o mejorar la eficiencia” para decir lo mismo. La autora también pudo emplear “optimizar”, que es un término bien preciso y conocido.

La ley ordena

El lector Héctor Mauricio Rodríguez señala que leyó en la sección Negocios del diario La Tercera una informació­n que se titula “Capitaliza­ción a Codelco suma menos de la mitad que lo estipulado en la ley”. Pero, sostiene que “las leyes ordenan o disponen, pero no estipulan. ¿Cierto?”.

Claro. Estipular significa convenir, concertar o acordar condicione­s para un trato. Por ejemplo: estipular un precio de venta. Las leyes, en cambio, ordenan, disponen, mandan o regulan, pero no estipulan.

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