LIBERALISMO Y REALIDAD CARCELARIA
SEÑOR DIRECTOR
Durante la visita del Papa Francisco al Centro Penitenciario Femenino de San Joaquín, la hermana Nelly León afirmó que “en Chile se encarcela la pobreza”, frase que tiene un trasfondo importante en la realidad social de nuestro país.
Cuando el liberalismo recalcitrante que impulsan algunos reduce la libertad a la autonomía individual, se abusa y se propende a la privación de libertad de las personas, pues se ignora la capacidad que éstas tuvieron para elegir.
En efecto, una visión miope de la libertad termina -curiosamente- haciendo reos a las personas de su entorno. Muchas de ellas, que escuchaban a Francisco, acabaron destruyendo para siempre sus proyectos de vida, porque la sociedad les castigó por “elegir” el delito. ¿Qué tan libres pueden ser, entonces, las miles de mujeres que caen en las redes de la narcocultura, cuando se ven forzadas a ello en razón de alimentar a sus hijos?
Una pregunta que el liberalismo economicista no logra conciliar con la realidad, pues ignora la complejidad de los barrios marginalizados y destruidos por la indolencia de quienes intentan resolver problemas desde posiciones teóricas.
Es de esperar que tengamos la capacidad de reflexionar sobre las causas que tienen a miles personas privadas de libertad en Chile, especialmente a las mujeres. Nuestra sociedad necesita una respuesta política urgente a un problema esencial, pero olvidado por todos nosotros.
Iván Suric G.
Luis Robert V.
Fundación IdeaPaís