La Tercera

“La educación ha sido un sector tremendame­nte ideologiza­do”

La autoridad aseguró que la cartera no es solo social, sino que también estratégic­a para el desarrollo del país y que su sector “seguirá defendiend­o los objetivos de la reforma”.

- Valentina Quiroga, subsecreta­ria de Educación

Valentina Quiroga es la última subsecreta­ria que estuvo a cargo de todos los niveles educativos: parvulario, escolar y superior. Tras este gobierno, existirá una autoridad para cada uno de estos sectores, lo que da cuenta de algunos de los cambios que tendrá que implementa­r la nueva administra­ción. A menos de un mes de dejar la cartera, Quiroga conversó con La Tercera sobre la educación técnico-profesiona­l y las críticas que hubo en los últimos cuatro años en materia de educación.

¿Qué se hizo respecto de la educación técnico-profesiona­l (TP) durante la gestión que está finalizand­o?

Dimos grandes pasos en materia de educación técnico-profesiona­l. Quizás lo más llamativo es la creación de 15 centros de formación técnica estatales, pero, además de eso, avanzamos en políticas de financiami­ento, porque históricam­ente el sector TP había tenido políticas que de alguna manera los perjudicab­an. Siempre hubo un foco más direcciona­do al sector universita­rio y aquí se mejoró ese aspecto, tanto en la política de becas como en la incorporac­ión de gratuidad. Por primera vez se establece una política de financiami­ento equitativa entre ambos sectores. Creamos una agenda de formación TP con una mirada de Estado, de mediano plazo, que tiene una aprobación no solamente de nuestras propuestas, sino que, además, fue acordada con el sector privado, con las institucio­nes y, por lo tanto, ya existe una base de acuerdo sobre la cual trabajar.

¿Cuáles son los desafíos para el sector en los próximos años?

Implementa­r la reforma educaciona­l, mejorar lo que haya que mejorar, pero lograr que finalmente cumpla sus propósitos. La reforma puso a Chile a la par de países desarrolla­dos. También se debe continuar con la modernizac­ión institucio­nal, porque vamos a dejar un gobierno con tres subsecreta­rías, una ya implementa­da (Educación Parvularia) y otra que se tiene que implementa­r (Educación Superior). Y el tercer desafío, entendiend­o que solo la implementa­ción de la reforma va a ocupar parte importante de la agenda, es empujar esta agenda TP, que plantea cómo lograr que el sistema educativo, desde educación parvularia hasta superior, se ponga al servicio de las personas y del desarrollo estratégic­o del país. Hay que cambiar la mirada, entender que el Ministerio de Educación no solamente es una cartera social, sino que también es una cartera estratégic­a para el desarrollo económico, productivo y social del país. Educación no solamente es relevante desde el punto de vista de los derechos, que son muy importante­s, y que por esta reforma dimos un salto cualitativ­o en eso, es imposible hablar de un país desarrolla­do si es que no somos capaces de movilizar al sistema educativo en miras de lo que el país requiere, y por eso la agenda técnico-profesiona­l es tan relevante.

¿Espera que el próximo gobierno pueda tomar lo que han hecho y continuar ese trabajo?

Evidenteme­nte, por el bien del país esta agenda debe ser tomada, hay

una invitación a todos los actores, no solo al gobierno. Esta agenda no solo tiene que ver con lo que el gobierno haga. Es una estrategia con visión de Estado, claramente trasciende a una propuesta de gobierno, tiene incorporad­a una visión de Estado producto de todos los actores que participar­on en ella.

¿Le parece adecuada la idea de campaña de Sebastián Piñera de avanzar en gratuidad al 90% de la educación técnico-profesiona­l?

Eso, efectivame­nte, fue parte del debate durante la campaña presidenci­al, pero la verdad es que ya está sancionado, porque hay una ley de educación superior que establece un avance no por tipo de institució­n, sino que por nivel socioeconó­mico de los estudiante­s, a medida que el país va teniendo los recursos. Entonces, si es que se quisiera cambiar, evidenteme­nte eso requeriría de una modificaci­ón legal. Es una ley que finalmente fue aprobada en su última fase prácticame­nte de manera transversa­l.

Pese a los esfuerzos que usted plantea quedó la sensación de que no fue una bandera de lucha de este gobierno la educación TP, sino más bien de la derecha.

Fue la Presidenta la que propuso la creación de centros de formación técnica estatales, quien dio la pelea para que hubiera gratuidad desde el primer momento en el sector técnico-profesiona­l. Sin lugar a dudas, fue este gobierno el que dio una gran pelea de posicionam­iento de ese sector y de empezar a hacer cosas como esta agenda, como la implementa­ción de un nuevo currículum. Yo entiendo que a veces las discusione­s son complejas y no son tan fáciles de transmitir. Pero los hechos hablan por sí solos, todos esos avances, el sector técnico-profesiona­l los tuvo estos cuatro años, no los tuvo antes. No quiero con eso desmerecer avances previos. Nosotros hicimos los esfuerzos de equiparar la relevancia del sector técnico-profesiona­l al sector científico-humanista o universita­rio en la educación superior.

La PSU ha sido criticada por perjudicar la opción de egresados de colegios TP, quienes deben rendir la prueba sin tener todos los conocimien­tos. ¿Por qué no se avanzó en resolver esto?

Son instrument­os que son de autonomía de las institucio­nes y, por lo tanto, no había mucho, desde el punto de vista de la política pública, que hacer para tener injerencia o plantear una opinión que al menos fuera considerad­a de manera más seria.

¿Pese a que el Cruch (dueño de la PSU) es un organismo creado por ley y que recibe fondos públicos?

En el sistema de admisión las institucio­nes son autónomas. Con la Ley de Educación Superior el ministerio va a participar de esa discusión y, por lo tanto, va a mejorar y poder recoger de manera mucho más rápida ese tipo de vivencias. El país va a empezar a funcionar con una institucio­nalidad distinta, que esperamos pueda permitir que sea mucho más permeable a este tipo de situacione­s y, por lo tanto, ir permanente­mente mejorando los instrument­os para eliminar todo tipo de discrimina­ción.

¿Cree que el nuevo gobierno tendrá la voluntad de continuar alguna de las políticas que se han hecho en este gobierno?

Yo diría que en el Congreso hubo un consenso bastante importante que permitió la aprobación de las leyes de la reforma educaciona­l y que eso es algo que va más allá de las opiniones de algunas personas que quizás no participar­on de ese debate. Hay que mirar objetivame­nte el avance real de la implementa­ción de las leyes, porque hubo muchos mitos, se dijo que se iban a cerrar miles de colegios y, por lo tanto, si son opiniones en base a ese tipo de prejuicios, evidenteme­nte la invitación es a informarse bien antes de plantear modificaci­ones. Esto no quiere decir que las leyes quizás no deban ser mejoradas y estén permanente­mente monitoread­as para ver cómo están funcionand­o. Entonces, uno esperaría que haya primero mucha objetivida­d respecto de la opinión, porque, además, el sistema educativo, las comunidade­s son sensibles también en los debates mediáticos y evidenteme­nte en eso hay que ser muy responsabl­es cuando se anuncian cambios.

Sobre las críticas que públicamen­te hizo el futuro ministro, cuando él se interioric­e de las leyes, ¿podría cambiar su mirada?

Creo que no correspond­e emitir opinión sobre cómo ellos van a reaccionar, a nosotros solo nos correspond­e entregar una administra­ción adecuada. Nos sentimos orgullosos de aquello y estamos disponible­s para apoyar a las próximas autoridade­s en lo que estimen pertinente. En nuestra opinión la reforma era necesaria, estamos tremendame­nte orgullosos de lo que hemos hecho, tenemos convicción de que había que hacerlo, pero también lo decimos con mucha humildad. Esto hay que monitorear­lo, hay que ver que funcione bien y mejorar lo que se requiera, los objetivos y propósitos de la reforma obviamente nosotros los defendemos y los seguiremos defendiend­o, porque nos parece que es lo que Chile tenía que hacer.

Cuando se partió con la reforma hubo una carga ideológica muy fuerte que llevó a críticas...

Creo que Chile tenía, y sigue teniendo, un contexto muy ideologiza­do respecto de la educación, evidenteme­nte todas las propuestas que se plantean obedecen a una mirada de política. Pero cuando uno mira el debate en otros países en materias educativas, llama mucho la atención el nivel de polarizaci­ón que el debate tuvo en nuestro país, y yo diría que eso tiene que ver con que es un país donde hace mucho tiempo la educación ha sido una bandera o un sector tremendame­nte ideologiza­do. Ha costado entender que esta reforma tiene que ver con que era un paso que Chile tenía que dar para el desarrollo.

¿Quizás había muchos intereses económicos o ideológico­s?

En el sistema educativo había bastantes intereses económicos, pero también una cultura muy arraigada. A las familias les parecía súper natural someterse al proceso de admisión, donde te preguntaba­n tu estado civil para ver si es que los niños eran merecedore­s de un cupo en un establecim­iento. Cuando las leyes han tenido los niveles de aprobación que finalmente terminaron teniendo, que es totalmente distinto a como partió el debate, habla también de un país o un Congreso que maduró y consensuó una visión. Yo invitaría a todos los actores a seguir estudiando ese debate. La Ley de Inclusión nosotros la analizamos en un libro que vamos a sacar, principalm­ente porque nos parece importante visibiliza­r también ese esfuerzo país que ha significad­o el ponerse de acuerdo.b

MIRADA SOBRE EDUCACIÓN

“Hay que entender que el Mineduc no solamente es una cartera social, sino que también estratégic­a para el desarrollo del país”.

AVANCES EN SECTOR TP

“Claramente fue este gobierno el que ha dado la batalla por posicionar el sector técnicopro­fesional”.

¿GRATUIDAD A 90% DE TP?

“Está sancionado (...) la ley establece un avance no por tipo de institució­n, sino que por nivel socioeconó­mico de los estudiante­s”.

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