Al modo Beñat
Los cruzados derrotan a Everton en Sausalito, con gol de David Llanos. El pragmatismo de la nueva UC resulta: tres fechas y tres victorias.
Ganar por un gol, ganar por tres. Mezquino, dogmático. Inteligente, sólido. El adjetivo corresponde según el paladar futbolístico de quien observa un partido de la UC de Beñat San José. Al entrenador, sin embargo, poco le importan los comentarios. Lo que sí le vale es la libre- ta de puntos al final de la jornada y ahí aparece que el rendimiento cruzado es perfecto. Tres fechas, tres triunfos y la punta del campeonato nacional 2018.
Everton fue la nueva víctima de Universidad Católica. Cayó en Sausalito, por la cuenta mínima, al comprobar en carne propia la adaptabilidad de su rival, no siempre ligada al espectáculo. Un ejemplo: antes de los 10 minutos, los viñamarinos se gestaron dos oportunidades claras, gracias a la presión alta que generó dos malas salidas de los estudiantiles. Zúñiga y Mugni estuvieron cerca de convertir.
Lección aprendida, no era prudente salir con mucha elaboración y movimiento de la pelota. Beñat cambió la estrategia y ordenó trazos largos, a la espalda de la primera línea de hostigamiento oro y cielo, donde Diego Rojas y Buonanotte recibían con libertad. Pases medidos, en todo caso, no pelotazos, que ayudaron a descomprimir el ahogo de los primeros pasajes.
La UC, con esa simple variante, tomó el control del partido en su faceta de ata- que. Defensivamente, ya estaba todo ordenado, con una gran labor de Luciano Aued y César Fuentes, quienes cortaron el circuito entre Lucas Mugni y los tres delanteros locales. Los laterales (Fuenzalida y Voboril) también cumplían su parte, al mantener bien protegida su zona del campo. Destacada la labor del argentino, por cierto, criticado en jornadas anteriores, pero que ayer controló a Juan Cuevas, el jugador más desequilibrante de Everton, y lo obligó a retroceder mucho en la cancha.
Juego directo, sin mucho adorno, fue lo propuesto por los de la franja. Así nació el gol de David Llanos, a los 19’. Dos pases largos: Dituro a Voboril y Voboril, con mucho espacio libre para avanzar, a Llanos. El resto quedó en los pies del atacante, quien anotó por segundo partido consecutivo.
Las cosas se complicaron todavía más para los dueños de casa después de la expulsión de Camilo Rodríguez (37’). El lateral le puso un planchazo mala leche al rostro de Aued, después de que ambos estaban en el suelo. De las jugadas más sucias que se han visto en mucho tiempo en el fútbol chileno. Lo denunció el cuarto árbitro y Cristian Andaur no dudó en mostrarle la merecida roja.
Jugando con uno más en el segundo tiempo, Beñat demostró todo su pragmatismo con un cambio que, para los puristas del juego ofensivo, es un sacrilegio. Sacó a su goleador y mandó a la cancha a Jaime Carreño. Estructuró un 4-3-21 y le permitió a Everton instalarse cerca del área de Matías Dituro. Y aunque los ruleteros presionaron, lo cierto es que la defensa liderada por Ampuero y Lanaro no pasó zozobras. Nunca perdió el orden, nunca se descompensó.
Con el reloj como aliado, San José otra vez reordenó a su escuadra. Ingresó Bolados por Rojas y armó un 4-1-4-1. Aplicados todos, a la caza de los espacios que dejaba un desesperado Everton, los universitarios cerraron el partido con la ventaja de un gol y con la opción de anotar gracias a un contraataque.
Y lo lograron. Sin ampliar la ventaja eso sí, sino protegiendo muy bien el arco propio. ¿Es fome ganar así? Puede ser. ¿Un equipo grande no puede apostar siempre a la diferencia justa? Quizás. Pero la estadística de la Católica del español Beñat es contundente: líder invicta, con canasta perfecta. Argumento inapelable, al menos hasta que se acabe la racha de triunfos. Es la ley de los resultadistas.b