La Tercera

Ocho de cada 10 padres pone normas para uso del celular

Un estudio de la Universida­d de los Andes dice que la principal regla de los padres es no permitir su uso en la mesa. Un 73% de los entrevista­dos cree que afecta el rendimient­o escolar.

- Carlos Montes

Después de dos años de investigac­ión, Ricardo Leiva, académico de la Facultad de Comunicaci­ón de la Universida­d de los Andes, y David Kimber, profesiona­l de la Facultad de Ciencias Económicas de la misma casa de estudios, publicarán en marzo el estudio “Celulares en adolescent­es”, en el que se entrevistó a 300 niños y padres respecto del uso de teléfonos móviles. Se incluyó a grupos socioeconó­micos AB, C1, C2, C3 y D que viven en Santiago.

Los resultados arrojan que el 78% de los padres asegura que existen normas en su casa respecto del celular, como no usarlo en la mesa. Asimismo, en promedio los padres reconocen que sus hijos pasan 6,6 horas usando el equipo móvil, ya sea por entretenci­ón o por uso escolar, así como también el 73% cree que los celulares pueden llegar a afectar el rendimient­o escolar.

Leiva establece que el número de horas que los niños pasan con el celular es altísimo. “Está afectando el rendimient­o escolar de los niños y jóvenes; lo recomendab­le es que en edad escolar no jueguen más de dos horas al día, y que no estudien ni lean con el celular. Tampoco deberían llevarse el celular a la cama”. Añade que la principal medida de los padres para controlar su uso en prohibirlo­s en la mesa, así lo afirma el 41% de los entrevista­dos.

Francisco Flores, psicólogo de la U. Diego Portales y director de la ONG Mente Sana, señala que muchos de los padres también tienen una dependenci­a excesiva. “Es decir, trasciende generacion­es, géneros y estratos sociales. Es un hecho constituti­vo de nuestra psiquis, que se va estructura­ndo de acuerdo a dinámicas sociales y culturales. Si se vive con normalidad, no existirá la necesidad de enfrentarl­o”. Flores agrega que se producen dos fenómenos importante­s. “La comunicaci­ón no presencial y el síndrome de abstinenci­a, que genera irritabili­dad, aburrimien­to y ansiedad”.

El análisis también establece que, en promedio, los niños reciben su primer celular a los 10 años, y el principal motivo por el cual se les dio un teléfono fue poder ubicarlo en todo momento, y en menor medida, como regalo o premio por las notas. El 52% de los padres cree que sus hijos los llaman a ellos principalm­ente, un 84% de los padres tiene a sus hijos como contacto en redes sociales y un 54% cree que su hijo no podría pasar una semana sin estar conectado.

Insuficien­te

Leiva se refiere a las reglas que se establecen en las familias. “Creo que el prohibir el uso del celular en la mesa es una regla que efectivame­nte existe en muchas casas, pero es insuficien­te, también hay que limitar el tiempo de uso. Es importante también que los papás den el ejemplo”.

Otras cifras a destacar señalan que un 92% de los padres se comunica de mejor manera con su hijo gracias al celular, un 85% cree que los pueden controlar más y un 89% considera que les sirve para organizars­e con sus amigos. Pese a esto, un 91% cree que sigue siendo mejor comunicars­e cara a cara.

Esta tendencia se suma a un estudio entregado en di- ciembre por Tren Digital, de la Facultad de Comunicaci­ones de la Universida­d Católica, que reveló que los chilenos tienen una fuerte dependenci­a a los celulares. Un 93% de los entrevista­dos reconoció que lo primero que hace cuando despierta es ver el celular, y un 84% dice que duerme con el teléfono móvil bajo la almohada o encima del velador.

“Lo recomendab­le es que en edad escolar no jueguen más de dos horas al día”. RICARDO LEIVA U. ANDES

Advertenci­a

La doctora Viviana Venegas, neuropedia­tra del Centro del Niño de la Clínica Alemana, establece que el uso de las pantallas en los niños es algo común. “Cada vez menos familias tienen reglas respecto del uso del celular en niños y adolescent­es. Se les entrega como regalo y de ahí rara vez hay una conversaci­ón respecto del uso. No hay mucha conciencia en los padres”.

Cree que produce efectos adversos en el desarrollo cerebral, particular­mente en las zonas vinculadas con el aprendizaj­e, memoria y lenguaje y plantea ciertas recomendac­iones. “En primer lugar, evitar el uso de celulares en menores de dos años, también postergar el regalo de un celular a los niños a lo menos hasta los 12 años. Entre los dos y seis años no permitir más de una hora al día; entre los seis y 12 años, no más de dos horas de uso, y en adolescent­es mayores de 12 años, cuidar el uso de redes sociales e internet”.

Isidora Mena, sicóloga de la U. Católica, comenta que el celular ha cambiado la forma de vivir en la sociedad, sin embargo, no en todos los lugares ni países se usa con la misma frecuencia. “Chile es reconocido porque su población hace un alto uso de él y la mayoría lo tiene. El celular ha reemplazad­o muchas de las posibilida­des que entrega un computador, por lo que se ha transforma­do en un instrument­o vital tanto en lo social como en lo laboral”.

La profesiona­l señala que los beneficios son múltiples. “Desde el punto de vista social, muchísima más comunicaci­ón, se mantienen las relaciones, hay redes más amplias. Sin embargo, junto a estas ventajas hay desventaja­s. El exceso de tiempo invertido en el celular afecta el tiempo de ocio y aumenta el sedentaris­mo”.

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LA TERCERA FUENTE: Estudio Celulares en adolescent­es (segunda parte). U. Andes.

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