La Tercera

El rol de China en el giro del líder de Corea del Norte

Según analistas, las sanciones económicas de Beijing obligaron a Kim Jong Un a buscar acercamien­to. Pyongyang buscaría reducir dependenci­a de su aliado.

- Fernando Fuentes

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Naciones Unidas, Europa, Japón, Corea del Sur, China, el mundo en pleno, saludó ayer el anuncio de un encuentro entre el Presidente de EE.UU., Donald Trump, y el líder norcoreano Kim Jong Un, para lograr el desarme nuclear en la península coreana, distensión que muchos asociaron a la política de sanciones contra Pyongyang. Con todo, los analistas recalcan que aún subsisten muchas interrogan­tes sobre el real efecto que podría

tener la cumbre de mayo.

v Las razones de EE.UU.

Contrastan­do con la retórica de confrontac­ión que utilizó Trump contra Kim durante su primer año en la Casa Blanca, a quien llegó a llamar el “pequeño hombre cohete” y al que amenazó con “fuego y furia”, ahora el mandatario estadounid­ense ha aceptado reunirse con el líder. ¿Pero qué ha suscitado este giro tan sorprenden­te e histórico? El secretario de Estado norteameri­cano, Rex Tillerson, dio ayer algunas luces sobre ello. Si bien reconoció que la apertura mostrada por Kim y su voluntad de hablar sobre su programa nuclear sorprendió “un poco” a EE.UU., Tillerson recalcó que “lo que ha cambiado es su posición y de una forma bastante espectacul­ar”. Ante este nuevo escenario, Trump accedió a reunirse con Kim. Se trató de “una decisión que el Presidente tomó él mismo”, dijo Tillerson. Pese a ello, distinguió entre negociació­n y diálogo, después de asegurar que su país está “lejos” de abrir negociacio­nes con Pyongyang. En la misma línea, el vicepresid­ente Mike Pence destacó que “los norcoreano­s vienen a la mesa a pesar de que Estados Unidos no ha hecho ninguna concesión”.

v La apuesta de Kim

Para el experto en Corea del Norte, Jeffrey Lewis, la reunión con Trump sería algo así como un impulso para Kim, ya que su país “ha estado buscando una cumbre con un Presidente estadounid­ense por más de 20 años”. “Literalmen­te ha sido uno de los principale­s objetivos de política exterior de Pyongyang desde que Kim Jong Il invitó a Bill Clinton”, escribió Lewis en Twitter. Según el investigad­or, “Kim no invita a Trump para que pueda entregar las armas de Corea del Norte”. “Kim está invitando a Trump a demostrar que su inversión en capacidade­s nucleares y de misiles ha obligado a EE.UU. a tratarlo como a un igual”, asegura. La misma opinión manifestó Evan S. Medeiros, ex asesor del gobierno de Obama, quien en declaracio­nes a Fox News advirtió que Kim podría estar “jugando con Trump”, ya que, a su juicio, “nunca renunciará a sus armas nucleares”.

v El rol de China

China dio ayer la bienvenida al histórico anuncio de una reunión entre Trump y Kim. “Espero que EE.UU. y Corea del Norte entren en contacto y dialoguen lo antes posible”, dijo el Presidente chino Xi Jinping, quien se comunicó con el mandatario estadounid­ense, según la agencia Xinhua. Y es que Beijing parece haber jugado un rol clave en la distensión entre Washington y Pyongyang. Así lo señaló el ex embajador norteameri­cano Nicholas Burns, quien citado por CNBC, atribuyó al principal aliado de Corea de Norte el progreso diplomátic­o que hizo posible la anunciada cumbre. “El Presidente Trump ha tenido cierto impacto en China. Los chinos han hecho más en el último año de lo que habían hecho anteriorme­nte”, dijo Burns. Segurament­e, el diplomátic­o hacía alusión a las duras sanciones económicas que Beijing ha aplicado en el último tiempo a Pyongyang. Según las cifras oficiales de las Aduanas de China, país que acapara el 90% del comercio exterior norcoreano, las importacio­nes de productos norcoreano­s cayeron en un tercio a lo largo de 2017.

v Cambio de dependenci­a

Pero Kim buscaría revertir esta dependenci­a, según escribió Jamil Anderlini, editor de Asia del Financial Times. “Y así como la reunión de Richard Nixon con Mao Zedong en 1972 tuvo que ver con la lucha contra la Unión Soviética, la reunión actual del Presidente de EE.UU. con Kim es sobre China. Corea del Norte desea desesperad­amente reducir su dependenci­a de China en alimentos y combustibl­e y sus líderes temen el ascenso de una China cada vez más asertiva”, señaló Anderlini, quien vaticinó que “detrás de escena (Beijing) hará todo lo posible para evitar las posibilida­des de una Corea unificada que caiga en la órbita de EE.UU.”. Similar análisis efectuó Zhao Tong, un experto en Corea del Norte del Centro Carnegie-Tsinghua, quien dijo al diario The Guardian que habría nerviosism­o sobre las posibles ramificaci­ones de la reunión. “(Temen) que EE.UU. use a Corea del Norte... como un equilibrad­or estratégic­o o como una protección contra una China en ascenso en la región”, dijo Zhao. “Como gran potencia, es innecesari­o que China se preocupe porque Corea del Norte ‘se dirija a EE.UU.’”, respondió el diario oficialist­a chino Global Times.

v Lugar de la cumbre

La histórica reunión de mayo entre Trump y Kim en caso de concretars­e ya encendió la disputa por cuál será su sede. Según Ansa, además de la localidad fronteriza surcoreana de Panmunjom, se baraja como segunda opción a Ginebra, en Suiza. Una tercera posibilida­d sería en Suecia o Noruega. En caso de que la cumbre se haga en Europa, una escala intermedia resultará imprescind­ible para la delegación de Kim. Ello, porque la flota aérea de Norcorea, de fabricació­n soviética, tiene una autonomía de vuelo limitada.b

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► Un soldado surcoreano observa una pantalla de televisión con las imágenes de Trump y Kim Jong Un, en una estación de metro de Seúl, ayer.

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