MINISTERIO DE EDUCACIÓN
SEÑOR DIRECTOR
No puedo dejar de preguntarme por los ministros elegidos por el Presidente. Me pregunto cuál sería el parecer de la opinión pública si en el Ministerio de Salud pusieran a cargo a un experto en una materia en extremo distante de la medicina. De seguro habría conmoción. ¿Por qué no sucede lo mismo en Educación? ¿Cuándo veremos a expertos en educación haciéndose cargo de la misma?
Considero que la elección de Varela es una clara declaración de principios del gobierno sobre la educación chilena y la educación pública. Este desliz de sensatez del oficialismo es una oportunidad para los movimientos ciudadanos de expresarse con fuerza. Estudiantes, profesores, académicos y todos los pertenecientes al sector estudiantil no debemos bajar los brazos. Lo que debiese estar primero en nuestras prioridades es la controversial proposición o puesta en duda de la filosofía y las ciencias en el plan común de las escuelas en sus tres modalidades: científico humanista, artístico y técnico profesional. Esta determinación también es ideológica debido a que si llegara a puerto la filosofía y las ciencias quedarían reducidas a la elite chilena, haciendo aún más amplia la brecha y diferencias sociales.
Un buen indicio para ver que el actual ministro de Educación no viene a tomarse la educación con bombilla es no aceptar lo propuesto por el Consejo Nacional de Educación en cuanto a filosofía y ciencias. Solo así veremos una voluntad política que apunte a la ya reiterada pretensión del Presidente a la “unidad”. La invitación está hecha y su recepción sería bien recibida como un primer espaldarazo a la educación.
Luis Matte Díaz Profesor de Filosofía, Licenciado en Filosofía Universidad de Chile