La Tercera

Regalones de la casa

- Por Mauricio Jürgensen Periodista de música

Los escuchan más en Santiago que en su natal Seattle. El dato de Spotify es elocuente y no hace más que confirmar lo que han demostrado en sus distintos pasos por el país: que lo que genera Pearl Jam por estos lados es una devo- ción muy especial.

Quizás tiene que ver con atributos particular­es. Esto de ser una banda sobrevivie­nte de una escena que tuvo muchos caídos y de ser un conjunto que conecta de manera especial con su público, entre otras cosas por la cortesía de convertir cada uno de sus conciertos en una experienci­a nueva. Y a lo mejor eso explica que sea Santiago el lugar escogido para estrenar esta nueva gira que los tendrá dando vueltas por el mundo durante los próximos meses y que hasta presentará un nuevo sencillo, Can’t deny me, editado recién el pasado fin de semana.

Otra explicació­n puede venir desde el perfil del grupo que lidera Eddie Vedder. Una banda que hace años dejó de ser de gusto exclusivam­ente rockero y que fue ampliando su audiencia de acuerdo a cómo fue modificand­o o suavizando su propuesta. Sin registros recientes realmente relevantes, su permanenci­a se ha ido acomodando a un estilo que en los 80 se conocía como AOR. Sí, es probable que Pearl Jam sea el Journey de esta época. Un grupo de paladar adulto y con suficiente oficio como para satisfacer a aquellos que todavía valoran a los que tocan en serio y con energía.

Y la tercera teoría puede venir desde una cosa generacion­al. Los que fueron jóvenes en los 90 están hoy en posición y en condicione­s económicas, entre otras, como para agotar en cosa de horas las entradas para su show de esta noche en el Movistar Arena o repletar recintos de mayor convocator­ia como pasó en San Carlos de Apoquindo, en 2005, el Estadio Monumental, en 2011, y el Estadio Nacional, en 2015.

Los de Jeremy no son sólo unos “sobrevivie­ntes” del grunge, etiqueta que quizás abandonaro­n a la altura de Vitalogy (1994). El quinteto es básicament­e un clásico. Así como en los 90 era clásico Led Zeppelin. Hoy en plena edad del plástico, los de Seattle cultivan una transversa­lidad que atrae a distintos púbicos. Y sí, quizás hoy son más blandos y menos rockeros que antes y sus discos se han vuelto algo repetitivo­s y carentes de urgencia. Pero ahí están con una entrega que ya se quisieran los más jóvenes. Y un arrojo que escasea en el mundo del pop actual donde todo esta quirúrgica­mente calculado.

Todavía con Pearl Jam resiste la idea de la experienci­a. De un riesgo que ya no es creativo sino de puesta en escena. Y eso en un mercado que ya ha visto suficiente como el chileno, es algo que se valora especialme­nte. Una banda de rock que no claudica aunque no sea tan rockera. Un grupo que aún sabe cómo golpear fuerte y seducir con las baladas. Para muestra un botón, el de Kramer en Viña del Mar, imitando a Vedder, cantando Yellow Ledbetter, y provocando una ovación que a muchos hizo pensar en lo bien que les iría si alguna vez subieran el escenario de la Quinta Vergara. Y quién sabe en el futuro.

Lo claro por ahora es que al igual que U2, Iron Maiden o Faith No More, entre otros, Pearl Jam también es un regalón de la casa.

 ??  ??
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Chile