PESCA ARTESANAL
SEÑOR DIRECTOR
En relación con la opinión de Nelson Estrada publicada recientemente, ser pescador artesanal es un oficio que cumplen trabajadores que no solo se dedican a capturar peces desde el mar, sino también a recolectar moluscos, crustáceos y algas entre otros recursos de orígen marino con valor económico. Según el Anuario Estadístico de Sernapesca, durante 2016 fueron desembarcadas 1.771.399 toneladas de productos del mar (algas, peces, moluscos, crustáceos y otras especies) de los cuales el sector artesanal concentró 1.126.835 toneladas (64%) y el sector industrial 644.564 toneladas (36%). Si hablamos solo de peces, en 2016 a nivel nacional, el desembarque totalizó 1.149.271 toneladas; 556.540 (48%) artesanal y el resto, 592.731 toneladas (52%), para la industria. Esto, fuertemente impulsado por la recuperación del jurel, especie que se pesca lejos de la costa y que es capturada principalmente por naves industriales.
Según la misma información oficial de la Subsecretaría de Pesca (20142016) estas capturas le reportaron al sector artesanal un valor cercano a los US$ 2 mil millones. La Ley de Pesca establece pesquerías compartidas entre ambos sectores, como la jibia, sardina-anchoveta, jurel y merluza, pero entrega otras al manejo exclusivamente artesanal, como el lenguado, corvina, sierra, cojinoba y otros. Esto, además de los recursos bentónicos, algas y prácticamente la totalidad de moluscos y crustáceos.
El desafío es claro: mejorar los esfuerzos y la capacitación para asegurar la sostenibilidad de los recursos pesqueros, erradicar la pesca ilegal, mejorar la trazabilidad de las capturas, ajustar la flota artesanal a la verdadera disponibilidad de recursos y transparentar el registro pesquero artesanal.
Monserrat Jamett Leiva
Jefa de Sustentabilidad Asociación de Industriales Pesqueros, ASIPES