La Tercera

Lula desafía a juez que ordenó su detención y negocia su entrega

El exmandatar­io decidió ignorar el plazo fijado por el juez Sergio Moro para entregarse y cumplir condena. Anoche se negociaba el traslado voluntario a Curitiba, que podría concretars­e hoy o a más tardar el lunes.

- Catalina Göpel

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El expresiden­te de Brasil ignoró el ultimátum del magistrado Sergio Moro y se refugió ayer en la sede del Sindicato Metalúrgic­o, en Sao Bernardo do Campo. Sus abogados pactan con la policía su traslado voluntario a Curitiba.

“¡El Brasil que el pueblo quiere es un país de pie, no acostado!”.

LULA DA SILVA EXPRESIDEN­TE DE BRASIL

“Nadie puede ser detenido hasta que sean agotados todos los recursos”.

DILMA ROUSSEFF EXPRESIDEN­TA DE BRASIL

“La izquierda será obligada en algún momento a pensar en propuestas e ideas”.

CLÓVIS ROSSI COLUMNISTA DE FOLHA

Brasil vivió ayer una jornada de alta tensión política cuyo desenlace se desconocía anoche. Lo que sí quedó claro es que Luiz Inácio Lula da Silva desafío la orden del juez Sergio Moro, quien le dio plazo para presentars­e hasta las 17.00 de ayer ante la Policía Federal de Curitiba. En vez de aquello, el expresiden­te -condenado a 12 años de cárcel por corrupción pasiva y lavado de dinero- se mostró desafiante desde la sede del Sindicato Metalúrgic­o en Sao Bernardo do Campo, el lugar que lo vio nacer como político en los 80 y que ayer se transformó en su principal refugio.

Con el correr de las horas, ambas partes parecían ceder, porque mientras la defensa de Lula presentaba a última hora un nuevo recurso ante el Supremo Tribunal Federal (STF) contra la orden de detención de Moro, y negociaba con la Policía Federal (PF) para que hoy asista a una misa que se celebrará a las 9.30 por el cumpleaños de su difunta esposa, Marisa Letícia Rocco, el mismo magistrado decidió no decretar prisión preventiva sobre el favorito para las presidenci­ales de octubre. Es más, las conversaci­ones apuntaban a que Lula podría entregarse voluntaria­mente durante la jornada de hoy o a más tardar el lunes.

Compleja jornada

Con el recinto sindical rodeado de un importante número de fieles seguidores que entre gritos y cánticos insistían en la inocencia de su líder, la incertidum­bre se hizo cada vez mayor al tiempo que los mismos expertos diferían sobre lo que podía suceder con Lula, que protagoniz­a un caso histórico donde muchos de los sucesos ocurridos no están previstos en la ley.

El expresiden­te, condenado por la compra de un departamen­to tríplex en Guarujá, Sao Paulo, debía entregarse ayer a la policía en Curitiba. Sin embargo, nada de eso ocurrió. Se especulaba que la PF tenía todo listo para llegar hasta el sindicato y detenerlo -en la periferia de Sao Paulo-, pero se habría descartado completame­nte el envío de agentes al lugar por temor a confrontac­iones con la multitud. Por lo mismo Lula tampoco realizó ningún discurso público.

El temor era tal, que oficiales del cuerpo policial advirtiero­n a los medios locales por el riesgo para la vida de muchas personas en caso de que se generara un enfrentami­ento.

Mientras, los dirigentes del Partido de los Trabajador­es (PT) se mantenían firmes en un escenario ubicado a las afueras del sindicato apoyando a su líder e insistiend­o que bajo ningún motivo se entregaría a la justicia. La senadora y presidenta de la fracción, Gleisi Hoffmann, aseguró que Lula estaba tranquilo porque sabe que es “inocente”, incluso después de que el Superior Tribunal de Justicia (STJ) le negara ayer un segundo pedido de habeas corpus para evitar su envío a prisión.

Cerca de las 18.00 y para sorpresa de muchos, Lula se asomó por una ventana del edificio para saludar a sus simpatizan­tes. La imagen lo mostró sereno, tanto así que durante unos segundos bailó al ritmo de los tambores y se tomó fotografía­s con quienes lo acompañaba­n.

A esas alturas, la PF ya estaba inhabilita­da para detenerlo porque la ley constitu- cional fija como límite las 18.00 para hacer ingreso a un domicilio para realizar un arresto. En la práctica las detencione­s en Brasil pueden ser desde las 06.00 hasta que oscurece.

Según el abogado brasileño Rodrigo Saraiva Marinho, el habeas corpus presentado ante el STF “probableme­nte será negado nuevamente”, dijo a La Tercera, y agregó que el exmandatar­io “ya no tiene chance de evadir la cárcel”.

Para el profesor de la U. Paulista Gustavo Segré, “la anticipaci­ón del pedido de prisión sorprendió a todos, a los aliados de Lula y a sus adversario­s”. De hecho, algunos ministros del tribunal estaban previendo un cambio en la jurisprude­ncia.

Entre quienes apoyan al expresiden­te, las denuncias de persecució­n política cobran cada vez más sentido. El rápido actuar del juez Moro en las últimas 24 horas sobre el caso del petitsta fue blanco de críticas. Así, hicieron hincapié en que supuestame­nte no respetó los plazos estipulado­s por la ley, que permitían a la defensa del exmandatar­io presentar nuevos recursos para evitar la cárcel hasta el próximo martes 10 de abril.

Dilma Rousseff fue una de las que alzó la voz para defender la integridad de su antecesor y sostuvo que “nadie puede ser detenido hasta que sean agotados todos los recursos en todas las instancias”.

¿Prófugo?

Sin embargo, la estrategia de Lula causó diferencia­s entre su propio eje de apoyo. Según O Globo, la defensa nunca estuvo de acuerdo con que el líder petista no se entregara a la justicia, al igual que su familia. Pero al parecer, desde el PT, donde también insisten en el discurso público de que Lula es y seguirá siendo su única carta a la Presidenci­a en octubre, no permitiero­n que se entregara.

A pesar de desobedece­r el dictamen, Lula no es considerad­o prófugo, porque en términos legales no incumplió una orden judicial, ya que le fue dada la oportunida­d de presentars­e ante la policía sin intervenci­ón de los agentes.

Igualmente, sus abogados presentaro­n un recurso ante la ONU. Pero su celda ya está lista.

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