La Tercera

La trastienda del primer round

- Por Alberto Labra

La líder UDI encabezó una ofensiva para evitar que el gobierno se involucre en la tramitació­n de la ley de identidad de género, arremetida que incluyó conversaci­ones con los ministros del comité político e, incluso, un recado al Presidente Piñera para advertir que las personas podrían leer la situación como una actitud “oportunist­a” que afectaría su “credibilid­ad”.

Un llamado telefónico recibió el viernes la presidenta de la UDI, Jacqueline van Rysselberg­he. Desde el otro lado de la línea se le comentó que estaba en Chile Walt Heyer, un famoso conferenci­sta estadounid­ense. Lo particular de su historia está en dos cambios de sexo que se realizó a partir de sus 43 años, luego de haber trabajado como ingeniero en el programa espacial de la NASA: primero se operó para transforma­rse en mujer, y luego –después de ocho años– decidió revertir esa decisión y terminó operándose nuevamente para volver a ser hombre.

La idea es que pueda exponer su historia el lunes en la comisión mixta que tramita el proyecto de identidad de género. Y Van Rysselberg­he buscará que se concrete su presencia en esa instancia.

La gestión es el último hito de la ofensiva liderada por la timonel gremialist­a en contra de que el gobierno incluya a menores en esa ley, apelando al discurso de que existiría una “disforia” de género que en el tiempo puede revertirse, lo que ha gatillado el primer enfrentami­en- to entre la UDI y la administra­ción de Sebastián Piñera.

La primera advertenci­a de un conflicto mayor la lanzó la senadora el lunes 19 de marzo a los ministros del comité político, durante la reunión de coordinaci­ón con los dirigentes de Chile Vamos. Esa vez, advirtió la opción de recurrir al TC. Su ofensiva, sin embargo, venía gestándose desde antes, e incluyó una serie de conversaci­ones individual­es con los ministros del comité político y, además, un recado directo a Piñera sobre lo que se podía percibir detrás de la decisión del gobierno de actuar en una iniciativa que -enumeran en la UDI- no es del Mandatario, no es parte del programa y que reflotó tras el premio Oscar para la película Una mujer fantástica.

Una de las primeras señales de lo que haría el gobierno fue la frase que lanzó el titular de la Segpres, Gonzalo Blumel, la primera semana de marzo, cuando dijo que “hay una necesidad de legislar” en esta materia. Sus declaracio­nes provocaron que Van Rysselberg­he se contactara con el secretario de Estado para plantearle que los acuerdos al interior del sector implicaban que ese tipo de materias se iban a conversar previament­e.

Después, cuando había trascendid­o la alternativ­a de que el gobierno presentara una indicación para incluir a menores, haciéndose parte de la tramitació­n, se produjo otro episodio, cuyo fin era advertir al propio Piñera.

Fuentes del oficialism­o dicen que Van Rysselberg­he se comunicó con algunos personeros de La Moneda para hacerle llegar un recado al Mandatario. El mensaje tenía varios elementos: el primero fue que el jefe de Estado estuviera consciente de que cuando él señaló que la “disforia” de género era algo que se podía terminar revirtiend­o en el tiempo, eso se entendió como que el Mandatario dejaba fuera a los menores de edad; segundo, que era un “error político” de La Moneda tomar postura en esta materia; tercero, que el Mandatario “ha crecido” considerab­lemente en “credibilid­ad”; y, finalmente, que toda esta situación podía ser leída por las personas como una “vuelta de carnero” y como una actitud “oportunist­a” que podría afectar, justamente, esa “credibilid­ad”.

El recado, sin embargo, no fue respondido por nadie en La Moneda. Después de eso se produciría la advertenci­a de Van Rysselberg­he sobre recurrir al TC, la primera señal concreta de la profundida­d y extensión en el tiempo que podía tener el conflicto, que ha terminado marcando gran parte del primer mes de Piñera en La Moneda.

Exactament­e una semana después, el lunes 26 de marzo, en una reunión encabezada por el ministro Hernán Larraín (Justicia) -en la que participó la subsecreta­ria de DD.HH., Lorena Recabarren, y los parlamenta­rios que integran la comisión mixta-, el gobierno planteó que el Ejecutivo debía fijar una postura y no abstenerse de involucrar­se en el desenlace de la tramitació­n del proyecto.

En esa cita, Van Rysselberg­he criticó a las autoridade­s de gobierno, recalcando su desacuerdo y sosteniend­o que “no fijar una postura también es fijar postura”, lo que provocó un debate entre quienes defendían a la líder de la UDI y quienes se plegaban a Larraín y Recabarren.

En los días siguientes, la presidenta de la UDI también conversó el tema con el ministro del Interior, Andrés Chadwick, a quien le hizo ver que ella hablaba a nombre de “la mayoría” de Chile Vamos, de todos los integrante­s del comité de senadores de la UDI y de gran parte de la bancada de diputados de su partido.

Pero la ofensiva no quedó ahí. A esas alturas, la senadora ya exterioriz­aba un malestar. “Me transformé en la niñita símbolo de este tema. Me tiene cabreada (…). Represento mayoritari­amente la posición de mi partido y también de RN”, dijo el martes, junto con agregar que “lo que pasa es que no todo el mundo habla”. Así, la senadora puso sus ojos en RN, partido en el que existen parlamenta­rios incluso más conservado­res que en la UDI, y conversó con algunos de ellos, incentiván­dolos a que salieran a plantear públicamen­te si es que estaban en contra de que se incluyera a menores en la ley.

Hasta ese momento, la pugna era, prácticame­nte, entre la UDI –representa­da por Van Rysselberg­he– y el gobierno. Pero después vendría la carta pública firmada por 17 diputados de RN, es decir, más de la mitad de la bancada, sumándose a la presión contra La Moneda.

En el texto, los legislador­es planteaban que “queremos manifestar nuestro rotundo rechazo a que se permita cambiar de sexo a menores de edad”, junto con señalar que “existen múltiples posturas tanto en Chile Vamos como en RN, siendo mayoritari­a la que venimos a plantear hoy y que rechaza incorporar a los menores”. El texto también mencionaba uno de los principale­s puntos políticos que han hecho ver al gobierno quienes se oponen a la insistenci­a del Ejecutivo en involucrar­se en este tema: “Queremos invitar a Chile Vamos a que seamos capaces de priorizar (...) aquellos temas en los cuales sí tenemos acuerdos. No debemos olvidar que son justamente estos temas, en los que existe consenso, los que responden a las necesidade­s urgentes de los chilenos que eligieron por una amplia mayoría al Presidente Piñera”.

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►V●n Rysselberg­he y Piñera el 12 de agosto del año pasado en un consejo general de la UDI.

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