IRRACIONALIDAD DEL DEBATE SOBRE URBANIDAD
SEÑOR DIRECTOR
La irracionalidad del debate en transporte y ciudad ha llegado a un punto irrisorio y peligroso. Más allá de las caricaturas –como hablar de “busistas” o “metristas” para referirse a quienes se inclinan por uno u otro medio como si fuera una disputa entre buenos y malos-, preocupa que las prácticas y discursos populistas tipo Donald Trump han llegado al debate sobre nuestras ciudades, comenzando a proliferar entre algunos “expertos” desesperados por influencia o en sectores arrinconados por malas prácticas que en vez de corregir buscan esconder.
Dicha irracionalidad está plagada de egos, pero sobre todo de argumentos reduccionistas, algo que sería solo un problema formal. Lo grave son las “fake news” del urbanismo, y más aún, que algunas posiciones escondan intereses personales que por ética profesional –y personal- deberían ser aclaradas: si uno asesora un gremio, industria, empresa o al Estado, está en la obligación de aclarar dicho vínculo. Tenemos derecho a discernir qué de lo que se dice es fundamento de facto y qué una opinión personal, a veces tendenciosa. Así como exigimos a los políticos declarar su patrimonio e intereses, sería bueno que a un “experto” que toca temas tan relevantes y con tantas implicancias, se le pidiera lo mismo; ayudaría a sopesar los argumentos que exponen en distintos medios de comunicación.
Basta de opiniones tendenciosas y fraudulentas que intentan influir desde las sombras, el riesgo es enorme. Si no, pregúntele a los norteamericanos que, sin saberlo, fueron manipulados en las últimas elecciones. Genaro Cuadros I. Director Laboratorio Ciudad y Territorio Universidad Diego Portales