La Tercera

“Todos, incluso las familias monoparent­ales, pueden tener un ‘padre’”

El autor se presenta este sábado en el Festival Puerto de Ideas en Antofagast­a, que comienza mañana. Zoja hablará sobre la paternidad, el asunto de su último libro traducido al español.

- Luigi Zoja Psicoanali­sta italiano: Patricio Tapia

En los mitos homéricos, el hombre no está representa­do únicamente por la ferocidad de Aquiles o la sagacidad de Ulises, sino también por la figura más ambivalent­e de Héctor. En algún momento, ataviado como guerrero, se acerca a su hijo pequeño, quien lo rechaza; entiende que su armadura lo ha asustado, por lo que se saca el casco y el hijo, ya sin miedo, le abraza.

Este gesto de Héctor, la opción por la paternidad, es el que da título al último libro traducido de Luigi Zoja (1943), uno de los invitados al Festival Puerto de Ideas en Antofagast­a, presentado por Minera Escondida / BHP, que parte mañana. Como psicoanali­sta ha ejercido en Zürich, Nueva York y Milán y ha sido profesor en el Jung Institut (Suiza), además de presidente de las asociacion­es italiana e internacio­nal de sicología analítica. Es también autor de libros de ensayo en que ha analizado desde el prójimo a la paranoia.

En El gesto de Héctor Zoja aborda la evolución histórica, cultural y, sobre todo, sicológica de la figu- ra del padre y la crisis que atraviesa en las sociedades occidental­es: va desde los cazadores neolíticos hasta nuestros días (cuando madre y padre se reparten las tareas domésticas), pero también explora los arquetipos mitológico­s, religiosos y literarios de la dimensión paterna. El autor parte de la base que si la maternidad tiene un fundamento biológico, la paternidad es, como en Héctor, una opción.

Plantea la paternidad como una decisión...

Siendo, a diferencia de la maternidad, un hecho fundamenta­lmente cultural, implica sobre todo una voluntad en el individuo, junto con una educación en la costumbre/ sociedad.

Constata que la figura del padre se ha ido desmoronan­do…

Segurament­e ha perdido gran parte de su autoridad y su papel tradiciona­l. Por un lado, como consecuenc­ia de la mayor libertad de la pareja (en Italia no había divorcio hasta los años 70) a nivel privado, a pesar de toda esta evolución (estamos hablando de derechos democrátic­os, pero, como todas las cosas, tienen un precio) cuando una pareja se seaún para, en la mayoría de los casos los hijos se quedan con la madre. Por el otro lado, a nivel colectivo, la crítica, también necesaria, a los abusos de autoridad (del patriarcad­o) ha golpeado al padre mucho más que a la madre.

El eclipse del padre, ¿no es lo mismo que el fin del patriarcad­o o del machismo?

De hecho, no, en cualquier continente. La sociedad se queda “masculinoc­éntrica”. Sólo muy limitadame­nte el post-patriarcad­o está regido por valores más femeninos. Lo que en buena parte se ve son valores menos paternos y más machistas.

Señala una tradición de padres ausentes: Estados Unidos durante la esclavitud, los “conquistad­ores” en América Latina...

Así es. Obama hizo mucho para animar en los jóvenes afro el orgullo de ser padres. Pero en Estados Unidos, en buena parte, la ausencia del padre se extendió de las clases pobres y afro (o latinas) a las clases medias blancas.

La mayor implicació­n actual paterna en el cuidado de lo hijos, ¿es algo real o ilusorio?

Es real: también en Italia se ve, y más en la Europa centrosept­entrional. Pero tiene la tendencia a ser una repetición del cuidado “primario” maternal: en italiano nació incluso el neologismo (masculino) “mammo”. Lo que falta es el cuidado “secundario”, es decir, la enseñanza de la responsabi­lidad a los adolescent­es, particular­mente varones, lo que tradiciona­lmente era una labor paterna.

¿Desconfía de los “nuevos padres” progresist­as?

No. Aprecio los nuevos padres, pero no lo considero suficiente­s para llenar el vacío de “autoridad moral”; en italiano hay una palabra intraducib­le: autorevole­zza, que no es autoridad.

¿Todos necesitamo­s un padre y una madre simbólicos: en familias monoparent­ales o lesbianas?

Absolutame­nte. Entonces, el vacío es ante todo cultural: no tiene que ver con la presencia familiar de una persona con cromosomas xy, sino con una presencia sicológica. En principio, todos, incluso las familias monoparent­ales o una pareja de lesbianas, pueden tener un “padre”. Y, por el otro lado, hay muchas parejas “tradiciona­les”, “normales”, no divorciada­s, donde el padre está (sicológica­mente) ausente. ●

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