La defensa de Moscú al régimen de Assad
Aliado irrestricto de Siria, Rusia condenó desde un principio cualquier ataque contra el país árabe. Y ayer reiteró su rechazo a la opción militar. “Se ha asestado un golpe contra la capital de un Estado soberano que intentó durante años sobrevivir en medio de una agresión terrorista”, y en “el momento en que se había ganado la oportunidad de tener un futuro pacífico”, señaló la portavoz de la Cancillería, María Zajarova.
Estos ataques son un “insulto” al Presidente Vladimir Putin, aseguró, por su parte, el embajador ruso en EE.UU., Anatoli Antonov. “Hemos advertido que tales acciones no quedarán sin consecuencias”, enfatizó. Mientras, el representante ruso en la ONU, Vasily Nebenzya calificó la acción de EE.UU. de hooliganismo.
El propio Putin se sumó a la condena por el ataque al país árabe. “Rusia condena duramente el ataque a Siria, donde militares rusos ayudan al gobierno legítimo a luchar contra el terrorismo”, declaró el mandatario en un comunicado divulgado por el Kremlin. Los ataques occidentales, realizados “sin el aval del Consejo de Seguridad de la ONU, en violación de la Carta de Naciones Unidas, de las normas y principios del derecho internacional”, constituyen “un acto de agresión contra un Estado soberano”, dijo.
El Ministerio de RR.EE. ruso fue más lejos al acusar a EE.UU. de tomar partido por los terroristas del Estado Islámico, a los que ven como una fuerza de combate útil para derrocar al régimen de Damasco. “Parece quedar del todo claro que aquellos en Occidente que se ocultan bajo la retórica humanitaria (...) llevan al país a la partición”, denunció.