“JUECES Y POLÍTICA”
SEÑOR DIRECTOR
El ministro de la Corte Suprema, Milton Juica, por quien siento el mayor respeto como juez y académico, señala en carta de ayer que algunas expresiones contenidas en mi columna “Jueces y política” no corresponden a la verdad. Se refiere a mi afirmación de que él no concurrió, como presidente del máximo Tribunal, a saludar al Presidente Piñera cuando fue elegido en su primer periodo, rompiendo una tradición republicana. Mi error sería que él sí concurrió, pero cuando el Presidente ya había asumido el cargo, pues en su opinión haberlo hecho antes habría afectado la actitud de integridad e independencia de la Magistratura.
El ministro Juica no corrige, sino que confirma mis dichos, pues la tradición precisamente es concurrir a la residencia del presidente electo a presentarle sus saludos. El primero que lo hace es el Presidente de la República en ejercicio y luego las más altas autoridades siguiendo el orden protocolar. Así lo hicieron los presidentes de la Corte Suprema con todos los presidentes electos anteriores y así lo hizo el ministro Ballesteros con la Presidenta Bachelet en el período inmediatamente siguiente.
La prevención del ministro Juica sobre la independencia judicial es respetable, pero ese no es el punto. Precisamente porque es un saludo protocolar de las instituciones, que reconoce en primer término la voluntad democrática del pueblo elector, la primera señal de independencia consiste en mantener una misma costumbre sin importar quiénes son las personas que ostentan los cargos.
Es el cambio de criterio el que siembra la sospecha de que los jueces serían más afectos a los gobiernos de un sector político que a los de otro, especialmente cuando se trataba del primer gobernante de centroderecha elegido tras el retorno de la democracia.
Este es el riesgo de politización que daña a la democracia y al sistema de justicia, imprescindibles para la libertad y seguridad jurídica de las personas.
Gonzalo Cordero