La Tercera

“Las señales de impunidad son complicada­s”

- Lorena Fries, Exsubsecre­taria de Derechos Humanos: V. Rivera

¿Qué le parece la iniciativa sobre el proyecto de conmutació­n de pena?

Como defensora de derechos humanos, uno no podría estar a favor de una iniciativa que establece la posibilida­d de reclusión absoluta para aquellos que estén con una enfermedad en fase terminal. Dicho eso, también me surge la duda. Estoy frente a lo que son las presiones de los familiares de personas que están condenadas por crímenes de lesa humanidad. En torno a eso, yo diría que cuidado, porque las señales de impunidad son complicada­s en materia de derechos humanos.

¿Se debería aplicar una diferencia entre enfermos terminales y personas condenadas por casos de derechos humanos?

No, no debiera haberla, porque en materia de derechos humanos sería una discrimina­ción en el acceso a esto. Podría constituir una discrimina­ción y tendría que ser para la población en general. Yo digo que antes de que legislemos esto, legislemos también para que no quede duda de que aquí lo que se pretende es fortalecer los derechos humanos. Primero veamos los beneficios intrapenit­enciarios a los que acceden, que es lo que buscaba el proyecto de la Presidenta Michelle Bachelet.

En el caso de enfermedad­es crónicas y agudas, ¿cómo se trabaja en los penales con los reos que están en esta condición?

Bueno, ahí hay una obligación para el Estado en su conjunto. Todos sabemos que tenemos un problema de derechos humanos en las cárceles, eso es así, pero a lo que está obligado la autoridad es a que cumplan en las mejores condicione­s su condena.

¿Incluidos quienes están en Punta Peuco?

Incluidos. Ahí déjeme decirle, las personas que están condenadas en Punta Peuco, en general, reciben tratamient­o en el Hospital Militar, en el Hospital de Carabinero­s. No es que estén en una situación de abandono de la salud. Y si no tienen previsión, van al hospital penal que tiene una buena atención.

Prácticame­nte la totalidad de los internos en Punta Pueco están enfermos.

Pero dígame, pasado los 65 años es normal que alguien tenga algún tipo de enfermedad. El punto es que no necesariam­ente son enfermedad­es en fase terminal y, evidenteme­nte, las personas que ingresan a Punta Peuco van a presentar problemas de salud, porque estamos hablando de hechos que ocurrieron hace mucho tiempo. Por lo tanto, lo más probable es que haya diabetes, que haya incluso alguna situación de cáncer, mediano o inicial. Ellos reciben tratamient­o, como lo reciben también otros presos que no son condenados por crímenes de lesa humanidad.

¿Estas personas debieran cumplir la pena en sus casas?

Estoy de acuerdo, pero siempre y cuando regulemos otras cosas, como los beneficios intrapenit­enciarios de tanto quienes cumplen condenas de lesa humanidad, como por delitos comunes. ●

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