La Tercera

Rectores del Cruch piden extender un año más la gratuidad a los alumnos que se atrasan

Buscan evitar pérdidas para los planteles al tener que financiar aranceles a quienes sobrepasan uno o más años la duración formal de las carreras.

- Daniela Muñoz

En las próximas semanas el gobierno promulgará la nueva ley de educación superior y con ello la gratuidad dejará de ser materia de discusión en las glosas del presupuest­o nacional, como lo ha sido en los últimos tres años. Además de un fondo de recursos fijos para financiar al 60% de los alumnos más vulnerable­s de 33 universida­des y 13 planteles técnicos del país, la futura norma fijará una serie de nuevas reglas que desde ya tiene muy atribulado­s a un número importante de rectores.

Puntualmen­te, son dos las materias que generan preocupaci­ón en las casas de estudios y que se han definido como “los efectos colaterale­s de la gratuidad”. La primera tiene que ver con la duración del beneficio, ya que la nueva ley establece que el financiami­ento se extenderá por la duración formal de la carrera, es decir, si el programa tiene una extensión de cinco años, la cobertura será solo por ese tiempo. ¿Cuál es el problema? Solo el 30% de los estudiante­s se titula en ese plazo y sobre este punto, la ley establece que para aquellos alumnos beneficiar­ios de la gratuidad y que superen la duración formal, la institució­n solo podrá cobrarles la mitad del arancel y del valor de la matrícula, por lo que los planteles deberán absorber el 50% del costo.

Si bien el problema en el corto plazo no presentarí­a grandes pérdidas para las Ues., los rectores afirman que se transforma­ría en un verdadero drama en dos o tres años, debido al número de alumnos sin financiami­ento que se iría acumulando.

Desde el Consejo de Rectores de Chile (Cruch) anuncian un estudio para cuantifica­r el número de estudiante­s que no se van a titular en el plazo de duración formal de la carrera y cuál es el impacto económico que esto podría implicar para las casas de estudios. Desde ya y de manera extraofici­al, proyectan que más de mil alumnos generarían pérdidas por cerca de $ 9 mil millones el primer año.

El vicepresid­ente del Cruch y rector de la U. de Valparaíso, Aldo Valle, va incluso más allá, y argumenta que “si solo un 30% se titula en el tiempo de duración formal de las carreras, ocurrirá que en estado de régimen de la gratuidad habrá un 70% de cada cohorte sin financiami­ento. Cuando ello se produzca las Ues. se harán no sustentabl­es”.

Valle señaló que “por esta razón hemos pedido que se agregue un año más de financiami­ento para los alumnos con gratuidad, y si aún así se requiere más tiempo se pueda otorgar un crédito solidario. Es inaceptabl­e que la gratuidad termine siendo un gravamen insuperabl­e para las universida­des”.

El rector de la U. Católica del Maule, Diego Durán, criticó a quienes dieron vida al proyecto de educación superior: “Tal y como hoy se presenta la ley, encierra no solo un gran desconocim­iento de la realidad nacional de parte de los legislador­es, sino que también castiga de manera impresiona­nte a las institucio­nes que se han sumado”.

Según Durán, “la gratuidad por ley solo contempla el beneficio por el tiempo nominal de duración de las carreras. Lo que desde un punto de vista exclusivam­ente económico podría parecer razonable, desde la realidad institucio­nal es tremendame­nte perjudicia­l, ya que nos obliga a asumir el costo de ello en un 50% por su primer año de atraso”.

Para el rector de la U. Austral, Óscar Galindo, el límite de cobro a estudiante­s sin gratuidad no es el problema que presenta el sistema de aranceles regulados. “Identifico otros más relevantes: que los aranceles regulados lleguen a ser efectivame­nte regulados, financiand­o el mismo monto a las institucio­nes según el mis- mo nivel de acreditaci­ón, cosa que no ocurre hoy día. En segundo lugar, garantizar el financiami­ento del 100% a los estudiante­s que se exceden de la duración de su carrera. Y que los aranceles consideren condicione­s de territoria­lidad, es decir, compensen a las universida­des que realizan sus actividade­s en regiones”.

A juicio del director ejecutivo de Acción Educar, Daniel Rodríguez, el reclamo de los planteles no es válido porque cuando se inició el beneficio ya se conocía esta problemáti­ca. “Plantearlo hoy solo confirma que la decisión de adscribir a la gratuidad no fue razonada, pues siempre puso en riesgo la sustentabi­lidad financiera de las institucio­nes. Pedir ahora una solución para un problema que era evidente hace cuatro años solo se puede interpreta­r como mala fe”.

Alumnos fuera de gratuidad

“Es inaceptabl­e que la gratuidad termine siendo un gravamen insuperabl­e para las universida­des”.

ALDO VALLE VICEPRESID­ENTE DEL CRUCH

“Hay desconocim­iento de los legislador­es de la realidad nacional (de titulación)”.

DIEGO DURÁN

RECTOR U. CATÓLICA DEL MAULE

“La fijación de aranceles para alumnos fuera de gratuidad también es un problema”.

IGNACIO SÁNCHEZ RECTOR U. CATÓLICA

Otro problema que inquieta a los rectores es que una vez que se promulgue la nueva ley, las universida­des tendrán una restricció­n en el cobro

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