La Tercera

“No tenemos tantos mecenas como la U o Colo Colo”

El expresiden­te de Cruzados, fuera del directorio desde el martes, hace un repaso a su gestión y el tiempo como dirigente, donde le tocó levantar un título y vivir la caída de Jadue.

- Roberto Gálvez

Tras casi ocho años en el directorio de Cruzados, de los cuales dos ejerció como presidente, Luis Larraín (62) dejó oficialmen­te la dirigencia del equipo de sus amores. Para siempre, según él. Ya fuera de la mesa directiva, el ingeniero y economista repasa para La Tercera su tiempo en la UC. Se va feliz, aunque con algunas autocrític­as.

¿Por qué se va?

Se cumplen ciclos. Y se cumplió bien. Cumplí ocho años como director. Es mejor irse cuando las cosas están bien. La otra razón es que las institucio­nes son menos personalis­tas. Desde ese punto de vista es bueno que vayan cambiando personas. Con mi salida y la entrada de Del Río, Cruzados tiene tres treintones.

¿Se cansó del fútbol?

No necesariam­ente. Estoy viendo si me quedo en alguna comisión (todo indica que la de fútbol).

¿Tuvo más bajos que altos?

Creo que fueron muchos más altos que bajos. Obtuvimos la estrella 11ª, que era muy esquiva. Dentro de mi gestión también destaco el reforzamie­nto del equipo, con Castillo, Fuenzalida, Buonanotte.

También fue complejo.

Cuando uno asume no es para salir en la foto, es para enfrentar desafíos. La primera parte fue mala porque cometimos errores. Nos equivocamo­s en algunas cosas.

¿En la elección de Falcioni?

Pienso que sí. La elección de Falcioni, pero después tuvimos un gran acierto, que fue Mario Salas. Fue el de los títulos. Él inculcó un espíritu al plantel y al hincha de Católica. Devolvió la confianza en ganar.

¿Sus puntos altos y bajos?

Son evidentes: el mayor logro fue haber obtenido el primer campeonato de 2016. Y haber conformado un cuerpo técnico y un grupo de jugadores con incrustaci­ones importante­s. Los bajos: la contrataci­ón de Falcioni y que en el área internacio­nal nos fue mal.

¿Cuál es su autocrític­a?

Tiene que ver con Falcioni. También tuvimos falta de comunicaci­ón en la salida de Mirosevic. Nos costó mucho en la relación con el hincha. Afortunada­mente se reparó, por así decirlo, durante la presidenci­a de Juan.

¿Quién fue el culpable?

Fue una combinació­n. Todos tienen su responsabi­lidad, incluido yo. Pero lo importante es que ambas partes fuimos capaces de dejarlo atrás. Obviamente hubo fallas en la comunicaci­ón… en todos los estamentos.

¿Es cierto que le comunicaro­n en tres minutos que no seguía?

Cinco, diez… Es anecdótico. Lo importante es que no hubo la buena comunicaci­ón que se requería.

¿Y cuál es su legado?

Haber liderado en la estrella 11. Y más allá de los resultados, contribuí a un fortalecim­iento institucio­nal.

¿El hincha lo quiso o lo odió?

En algún momento lo pasé mal, hubo hinchas que luego me decían “igual te bancamos Larraín”, y yo sabía que antes no era así. Se produjo una especie de reconcilia­ción con los hinchas. Es que en el fútbol el dirigente nunca va a ser el héroe.

¿Si retrocedie­ra el tiempo, volvería a asumir el desafío?

De todos modos sí. La satisfacci­ón de los títulos es tan grande que haber sido parte de eso, hace que no esté en absoluto arrepentid­o.

¿Y en el futuro volvería a serlo?

Creo que no. Creo que en las institucio­nes, cuando se cumple un ciclo, entren nuevas personas.

Así como cambian directores, ¿Es necesario cambiar a Buljubasic­h?

No he visto un gerente deportivo en Chile de la calidad de Buljubasic­h. Ha sido un gran gerente deportivo. Ha sido acertado que siga en el cargo. Ahora, no significa que sea irremplaza­ble, nadie lo es.

¿Pueden competir con Colo Colo y la U, mirando lo económico?

Se dice que la UC tiene menos recursos que sus tradiciona­les rivales. Es verdad que no tenemos tantos mecenas como ellos, pero sí la fortaleza institucio­nal que mencionaba, y creo que ellos no lo tienen tanto. Esto lleva a no cometer tantos errores, porque no depende tanto de liderazgos personales. La diferencia de ingresos por los conceptos más tradiciona­les es grande, diría que el doble. En todos los rubros tenemos una desventaja importante. Hay que buscar una fórmula para contrarres­tar, y la tenemos en nuestro fútbol formativo.

¿Cuál es la realidad de la UC?

Los clubes no ganan dinero. Los que ganan dinero en el fútbol son los jugadores, los técnicos, algunas marcas y la televisión. Como esto es una mezcla entre actividad económica y pasión, la pasión siempre domina. Si uno tiene unas luquitas, se las gasta. Pero también hay mitos de los jugadores que se compran o vienen a préstamo. Si tenemos que buscar en un puesto, comprar un pase sí es opción. En mi gestión, el caso de Pulgar. Es selectivo porque por ejemplo un goleador, generalmen­te tiene cerca de los 30 años para ser calado. Los pases tienen valores muy altos como para comprarlo y luego recuperar la inversión. A veces el hincha no entiende eso. A ese jugador no lo voy a comprar, lo voy a traer a préstamo. Nunca vamos a poder satisfacer las necesidade­s del hincha. Nos encantaría, pero nunca podremos.

Usted es asiduo a Twitter y alguna vez protagoniz­ó una polémica.

Cuando uno es fanático y tiene el teléfono ahí, se te van los dedos. Yo cometí errores por eso.

¿Es viable el proyecto de remodelaci­ón de San Carlos?

Creo que es viable, pero no es fá- cil. Juan lo calificó como uno de los objetivos principale­s. Efectivame­nte estamos llenándolo. Es viable con un socio de sponsoring, que es como se hacen los estadios en el mundo.

¿Hace alguna autocrític­a por el caso Jadue? Estuvo ahí.

Cada cual tendrá en su conciencia su propia evaluación. Yo tengo la satisfacci­ón de que cuando surgió una sospecha de su posible participac­ión, llegué a la convicción, no de que fuera culpable, pero sí de que había una posibilida­d importante que lo fuera. La acción que tomamos fue que nos reunimos con los presidente­s de Colo Colo, la U y Wanderers y le pedimos cita a Jadue. Ésta fue muy dura y públicamen­te exigimos que se aclararan las responsabi­lidades. De ahí en adelante tuve un periodo bastante ingrato, de abierta confrontac­ión con Sergio, que hasta me insultó en los Consejos por nuestra insistenci­a.

¿Antes no sospechó nada?

Fue un fraude. Estos señores tenían cuentas afuera, les depositaba­n plata. Realmente no había posibilida­d de tener un control sobre eso. Después, también se revelaron problemas de control interno, donde ni los auditores externos ni las comisiones revisoras de cuentas fueron capaces de detectar anomalías.

La presidenci­a empezó a remunerars­e justo cuando usted la dejó.

Pienso que la presidenci­a requiere dedicar tiempo. Y la gente le resta su tiempo a otras actividade­s. Debe haber alguna compensaci­ón. En el caso de Juan hubo un tema complejo en el sentido de que para que él le dedicara el tiempo necesario, tenía que dejar temas de lado. Él tiene una familia grande y por lo tanto él lo planteó como un tema.

¿Él o Cruzados?

No, que quede claro, es una decisión de Cruzados. Y la Junta lo ratificó. Es más: antes, en mi presidenci­a, ya se había discutido la posibilida­d de remunerar al presidente.

¿Han hecho bien las SA al fútbol?

Le hacen bien en la transparen­cia. Las historias de platas en el fútbol son más viejas que mi abuela. Hoy se sabe cuándo un presidente o algún mecenas hace un préstamo. ¿Son la panacea? No, no resuelven todos los problemas.

¿Falta profesiona­lizar el fútbol? ¿Quién es el responsabl­e del momento actual de Chile?

Absolutame­nte a lo primero. Y de lo segundo, separo las cosas. El directorio de Salah lo ha hecho bien. Y los fracasos deportivos tienen más razones del tipo futbolísti­cas. ●

“Mis puntos bajos, la elección de Falcioni. Pero después tuvimos un gran acierto, traer a Salas”.

“No he visto un gerente deportivo en Chile de la calidad de Buljubasic­h. Ahora, no es que sea irremplaza­ble”.

“En algún momento lo pasé mal con los hinchas. En el fútbol el dirigente nunca va a ser el héroe”.

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► Luis Larraín posa para La Tercera en una plaza de Santiago.

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