Martín, el Hombre y la Leyenda: Golpes de determinación

Todos los boxeadores terminan borrachos y locos”, dice el padre de Martín Vargas en el primer capítulo de Martín, el hombre y la leyenda, y sus palabras parecen un presagio de la imagen que muchos tienen del más famoso pugilista que haya salido de Chile.

Martín, que siempre está buscando la aprobación de ese padre, no puede aceptar que no quiera que pelee. En el patio de su casa en Rahue, a mediados de los años 60, ya sabe cuál es su destino y unos años después lo convierte en una frase: “Martín Vargas va a ser el primer campeón mundial salido de Chile”. Lo dice una y otra vez, y en tercera persona, a quien quiera escucharlo.

Martín, el hombre y la leyenda es una miniserie de cuatro capítulos, que serán emitidos de manera consecutiva entre hoy y el jueves por Mega. Escrita y producida por Rodrigo Cuevas, más conocido por su trabajo en los libretos de Los 80, tiene entre sus cualidades la elección de los momentos que retrata, una hermosa fotografía y grandes actuaciones, entre las que destaca la de su protagonista, Gastón Salgado.

Todo eso se combina en una historia que no es -o no es solamentela del auge y caída de un deportista, sino la de la determinación que lo lleva a declararse el futuro campeón mundial y que se convierte en el motor de esa subida y en su talón de Aquiles.

Porque es gracias a eso que sale adelante cuando se muda a Santiago y no tiene trabajo ni casa, es así como empieza a ganar peleas y se convierte en un ídolo nacional y es así como llega a luchar cuatro veces por el título mundial. Es así, también, como conquista a la chica de sus sueños y le declara que algún día va a ser su mujer antes de siquiera salir con ella.

Pero al mismo, postula la serie, esa determinación es tozudez. Una tozudez que lo vuelve soberbio, que hace que cualquier resultado que no sea el que quiere lo sorprenda y enoje, que cualquiera que dude de lo que va a lograr se vuelva traicionero y que cada derrota sea más dura y difícil de sobrellevar que la anterior.

Es en la narración de esa historia y esa personalidad que Martín, el hombre y la leyenda también a la vez retrata a la sociedad que rodeó a Martín Vargas y que veía como un chiste al provinciano pobre que hablaba en tercera persona de cómo llegaría a lo más alto del deporte. Retrata un país y un momento a través de la historia de un hombre que salió de la nada, lo quería todo, y para el que el casi todo nunca sería suficiente.

Una producción sin puntos bajos que no hay que dejar pasar.