El líder de izquierda que busca el poder y admira a Allende
Es el candidato de la izquierda colombiana y quien ocupa el segundo lugar en los sondeos. El economista de 58 años, Gustavo Petro, quien busca la presidencia del país apoyado por la coalición Colombia Humana, ha señalado que su despertar político se produjo con el golpe de Estado en Chile que derrocó a Salvador Allende, a quien Petro admira, según el diario estadounidense The New York Times.
A los 17 años se vinculó al M-19, donde adoptó el alias de “Aureliano”, en homenaje al coronel Aureliano Buendía, personaje de la novela “Cien años de soledad” de Gabriel García Márquez. Es el aspecto de su currículum que más le ha traído problemas. En esa época estuvo preso dos años y se integró a la vida política tras la desmovilización del M-19, gracias a un acuerdo de paz firmado en 1990 en el gobierno de Virgilio Barco.
Petro ha ocupado varios cargos políticos. Fue diputado en la Cámara de Representantes de Colombia en dos periodos (1991-1994 y 1998-2006) y senador (2006-2010). En 2010, ocupó el cuarto lugar en la votación presidencial con 1,3 millones de votos, menos de la mitad de lo que obtuvo en las primarias de marzo. Fue alcalde de Bogotá (2012-2015), luego de formar el movimiento político Progresistas.
También fue primer secretario de la embajada de Colombia en Bélgica, entre 1994 y 1996, período en que se vio obligado a salir del país por las amenazas de muerte en su contra en una época en que se llevaba a cabo una persecución a líderes de izquierda.
Sus propuestas han encendido las alarmas entre la derecha conservadora colombiana. Petro propone cambiar el modelo económico de la nación mediante el alza de impuestos a quienes poseen grandes extensiones de tierras improductivas y un alejamiento de la dependencia económica del petróleo y el carbón en favor de la energía limpia, lo que no ha sido bien acogido por los empresarios e inversionistas. La principal crítica de parte de sus detractores es que las medidas que propone podrían convertir a Colombia en la “segunda Venezuela”. ●