Fervor y colapso
Con las principales avenidas del centro de la ciudad cortadas al tránsito vehicular, música en la calle desde tempranas horas y largas, interminables filas de fanáticos atestando todos los accesos al estadio, dieron la bienvenida los cochabambinos a los undécimos Juegos Sudamericanos.
La expectación por el evento fue tal que decenas de personas se encontraban ya en los aledaños del Felix Capriles desde la mañana aguardando la apertura de las puertas.
Un auténtico acierto, porque el recinto terminaría colapsándose, dejando a centenares de personas sin ceremonia inaugural.
“¡Pagué 20 bolivianos por mi entrada!”, vociferaba una mujer de avanzada edad comprimida, por la avalancha de personas, contra una de las puertas. Y entonces llegó el caos. El descontento ciudadano se tradujo en cánticos de descontento y gritos de disconformidad que terminaron con varias personas intentanto saltar las vallas. “Queremos entrar, queremos entrar”, clamaban los cochabambinos.
“Mi mamá madrugó para venir al estadio, aunque tenia su entrada. Fue precavida, porque ahora somos muchos los que nos quedamos afuera con la entrada en la mano”, explicaba resignado a La Tercera Jorge (39), uno de los tantos fanáticos que quedó fuera.
Una ceremonia programada para las 19.00 que partió con retraso, pero que vio desfilar, ataviada con un vestido blanco de corte folclórico, a María Fernanda Valdés a la cabeza de la delegación chilena.b