La Tercera

Párroco de Peumo declara en fiscalía por diócesis de Rancagua

Héctor Fuentes, vicario pastoral de la diócesis, es uno de los presbítero­s suspendido­s por el obispo Goic. Según su abogado, dio el testimonio en calidad de “imputado”.

- L. Zapata / P. Moreno

10

Por más de dos horas declaró ayer, ante el fiscal Sergio Pérez, de la Unidad de Alta Complejida­d de la Fiscalía de O’Higgins, el párroco de Peumo y vicario pastoral de la diócesis, Héctor Fuentes. El sacerdote, quien se encuentra suspendido de sus labores eclesiásti­cas por orden del obispo Alejandro Goic, llegó acompañado de su abogado, Francisco Javier Donoso.

“(Declaró) en calidad de imputado, como todos aquellos que están siendo investigad­os en la presente causa (...); no puedo acompañar ningún tipo de antecedent­es, se nos pidió que mantuviéra­mos reserva”, indicó el defensor al término de la diligencia penal.

En términos religiosos, por ahora solo uno de los 14 sacerdotes suspendido­s por Goic -Luis Rubio Contreras, de Paredones- es indagado, incluso en el Vaticano, por eventuales abusos. Al resto se lo apunta por posibles malos manejos de dinero o conductas impropias con el celibato sacerdotal. Eso desde el lado canónico, porque la fiscalía investiga, sin distincion­es, eventuales delitos sexuales contra menores.

La tensión se mantiene en la diócesis. El viernes pasado, el obispo Goic anunció su renuncia al Consejo de Prevención de Abusos del Episcopado, para dedicarse por completo a la zona, a lo cual se suma otro hecho relevante: que dos de los presbítero­s suspendido­s tienen una importanci­a especial dentro de la diócesis. Uno de ellos es justamente Héctor Fuentes, quien ayer por la tarde declaró en la fiscalía.

Fuentes, párroco de la Inmaculada Concepción de Peumo, “trabajó muy cercano al obispo”, recuerdan en el lugar. De hecho, “Tito”, como se lo conoce, es el vicario para la pastoral de la diócesis.

En el primer mapa de Peumo, elaborado antes de 1800, aparece una pequeña iglesia rodeada de cerros cercada por el río Cachapoal. Eso da cuenta de la importanci­a que tiene hasta hoy el templo para este pueblo, de 16.089 habitantes.

Su comunidad quedó impactada al enterarse de que el cura estaba suspendido. “Yo fui a misa y no estaba (Héctor), la ofició un diácono”, contó César Toro, un peumino, escéptico sobre su eventual responsabi­lidad. “Uno entra a querer a estos curas, porque los cree tan santos, y ahora estamos sin cabeza”, plantea.

En San Vicente de Tagua Tagua, en tanto, una mujer de edad enciende velas bajo los pies de la imagen de Cristo, en el costado del acceso a la remozada parroquia San Juan Evangelist­a. No recuerda bien si el párroco, Fernando Armijo, llegó en 2008 o 2009 a este pueblo atrapado por la historia, pero “estoy segura de que fue antes del terremoto”, dice sobre la máxima autoridad religiosa de la comuna, que posee poco más de 44 mil habitantes. Es otro de los sacerdotes de renombre en la región que están suspendido­s.

El presbítero lleva más de 30 días con licencia médica, producto de una dolencia cardíaca. De ahí que su ausencia los dos últimos domingos no fuera novedad ni para sus fieles ni para los sacerdotes del Colegio El Salvador de San Vicente, de la Congregaci­ón Barnabitas, que colabora reemplazán­dolo en la misa. Por ahora, todo sigue en vilo.b

 ??  ?? ► El párroco de Peumo, sacerdote Héctor Fuentes.
► El párroco de Peumo, sacerdote Héctor Fuentes.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Chile