La Tercera

¿Nace una nueva previsión?

- Salvador Valdés Instituto Economía UC y Clapes UC

La demanda social por reformar el sistema previsiona­l sigue vigente, aunque hayan disminuido las marchas. Una propuesta de reforma consiste en crear nuevos seguros sociales, que ayuden a cubrir las consecuenc­ias de iniciar una situación de dependenci­a severa por parte de personas mayores. El beneficio sería en dinero, vitalicio, contingent­e y adicional a la pensión de vejez. Ayudaría también a los hijos quienes, para proporcion­ar cuidado a sus padres dependient­es, deben abandonar trabajos remunerado­s.

El grupo Mejores Pensiones para Chile, que convocamos en Clapes UC, propuso en 2017 iniciar ese nuevo seguro social con un componente “no contributi­vo” para quienes, al alcanzar la edad de jubilación, no han reunido recursos suficiente­s para adquirir un seguro de dependenci­a severa. De esta manera la comunidad estaría ayudando a personas vulnerable­s que inician una situación de dependenci­a severa, expresando solidarida­d.

Ese componente sería superior a aquella medida del programa del actual gobierno, que postuló aumentar la Pensión Básica Solidaria (PBS) en función de la edad, independie­nte de la situación de dependenci­a de cada uno. En efecto, para las personas mayores hay dos estados básicos: haber iniciado dependenci­a o no haberla iniciado. La incidencia de la dependenci­a crece al aumentar la edad. Es solamente en este estado cuando la persona y su familia requiere muchos más recursos. Si no ha iniciado dependenci­a, la persona requiere recursos de similar monto que a los 70 años para mantener su nivel de vida, porque el mayor gasto en salud del no dependient­e es compensado con menores gastos en otros ítems, por menor actividad y vigor. Por esto, aumentar la PBS por edad de modo igual a personas en ambos estados es menos eficiente que sumar a la PBS actual un seguro no contributi­vo, que suplemente con fuerza la PBS sólo a quienes inicien una dependenci­a severa, cualquiera sea la edad de inicio.

El monto del seguro anterior es insuficien­te para la clase media. Ellos podrán autofinanc­iar un seguro “contributi­vo” de dependenci­a severa, destinando a ello una parte del saldo de su cuenta al jubilar, o una parte de su pensión. Les alcanzará si cotizan cuatro puntos más durante una vida laboral completa.

Sin embargo, las personas de clase media nacidas antes de 1980 no alcanzarán a cotizar lo suficiente para adquirir el seguro contributi­vo, sin reducir su pensión de vejez, que ya es baja. Si la comunidad les financiara parte del beneficio faltante, habría redistribu­ción intergener­acional, pues el costo recaería de un modo u otro sobre todas las generacion­es siguientes. Estimo que esta sería una decisión solidaria, pues la clase media receptora de esa redistribu­ción accedió a peores salarios y empleos en sus primeros 20 años de vida laboral, que las generacion­es subsiguien­tes de clase media.

Sin embargo, es posible que estas propuestas no vean la luz, porque la mayoría del Senado está aún en manos de senadores electos en 2013, integrante­s de la coalición rechazada por el electorado en diciembre de 2017 y cuya prioridad está en otros temas, como el tipo de entidad que administra­ría las cotizacion­es. Si los colegislad­ores no llegan a acuerdo sería una lástima.

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