Regulación a Uber y Cabify
La ministra de Transportes, en su reciente cuenta pública, se refirió a la regulación que se estudia para las plataformas tipo Uber y Cabify. En su visión, los vehículos de dichas plataformas no tienen las mismas condiciones y requerimientos que se imponen a los servicios registrados, por lo que debería exigirse el requisito de que todos los conductores sean profesionales, y los autos sometidos a las mismas revisiones de los taxis básicos. En definitiva, se debe garantizar un viaje seguro a los pasajeros, y que éstos paguen lo justo.
La irrupción de estas plataformas en el país ha sido explosiva, y de acuerdo con la información que han proporcionado las propias compañías, ya suman del orden de 100 mil conductores inscritos, con a lo menos un par de millones de usuarios. Es una tendencia que a estas alturas resulta incontenible, y que está definiendo el tipo de transporte que las personas privilegian cada vez más.
Aun cuando es razonable que se busquen reconocer este tipo de plataformas en nuestra legislación, los lineamientos que hasta este momento ha entregado la autoridad parecen insistir en la idea de asimilarlas a los taxis básicos.
Existe un proyecto de ley presentado bajo la administración anterior, que entre otros aspectos limita el parque, coloca exigencias adicionales a los vehículos y conductores, fijando además un impuesto especial. Dicho marco regulatorio no favorece la expansión de estas nuevas tecnologías; por ello sel gobierno debería despejar si mantendrá esos contenidos o explorará fórmulas más audaces.