Una mirada económica a la cuenta pública
La primera cuenta pública del Presidente Piñera no trajo grandes novedades, pero proporcionó una hoja de ruta acerca de los principales objetivos e instrumentos de su segunda administración. Esta es claramente ambiciosa y reitera su énfasis en el diálogo y los acuerdos, las preocupaciones por los grupos medios y la necesidad de revitalizar el crecimiento económico. Me concentraré esencialmente en esta última tarea, clave para financiar los mayores gastos que contempla su programa, así como para estimular el ahorro, la inversión y el empleo.
Para estos efectos, el Presidente pone en un lugar prioritario una reforma que modernice y simplifique el sistema tributario. Pero dada la estrechez fiscal, la cuenta descarta una reducción de la tasa corporativa. Pero la reforma podría haber considerado una reducción gradual de la tasa corporativa, que resultara coherente con la recuperación del crecimiento económico. El hecho que ello haya sido descartado es una señal de que el gobierno no ve la viabilidad de una reducción de la tasa corporativa en el actual Congreso. Esperamos que el esfuerzo se vuelque a la simplificación, pero también a la integración del sistema tributario, devolviéndole así la simplicidad y la equidad horizontal a nuestro sistema tributario, dos atributos deseables en todo sistema tributario.
Otras medidas descritas, son la creación de una oficina de Gestión de Proyectos Sustentables (GPS), que se espera ponga en marcha proyectos por US$ 65.000 millones y cree 250 mil nuevos empleos, una iniciativa ambiciosa y destacable.
También plantea una agenda de la economía del futuro, donde está previsto que participen los exPresidentes de la República. Si esta agenda hace bien su trabajo, una de sus conclusiones deberá ser la necesidad de reformar nuestra legislación laboral, para devolverle flexibilidad a nuestro mercado laboral y evitar que se exacerbe la mecanización y automatización de nuestra estructura productiva. Ello permitiría, además, facilitar la reorientación de la fuerza de trabajo hacia los sectores cuyo empleo se expandirá en el futuro, como es el caso del sector servicios.
Otras iniciativas con un impacto favorable sobre el crecimiento económico, son la modernización de la matriz energética y la eliminación de las barreras en las carreteras concesionadas del país.
Pero desde la perspectiva de su contribución al crecimiento de mediano plazo, ocupan un lugar especial las medidas orientadas a mejorar la calidad de la educación, y especialmente aquellas destinadas a ampliar el acceso y la gratuidad en la educación temprana. Los estudios científicos destacan que la contribución al desarrollo de cada peso gastado en educación temprana es varias veces más rentable socialmente que un peso gastado en educación básica, secundaria o terciaria. De manera que este énfasis es claramente bienvenido, lo mismo que aquel en la calidad.
También cabe destacar el énfasis en la educación técnica y la capacitación continua, elementos claves para cerrar la brecha entre la productividad de nuestros trabajadores y aquellos del primer mundo.
En materia se pensiones, el anuncio del gobierno era previsible. Este contempla un aumento de 40% en las pensiones del Pilar Solidario y un aumento de las cotizaciones obligatorias, que serían destinadas íntegramente al sistema de capitalización. Ello es razonable, porque financiar transferencias intergeneracionales o intrageneracionales con un impuesto al trabajo (la propuesta del gobierno anterior) desincentivaría el ahorro, la inversión y el trabajo, y por lo tanto, es una mala política pública.