La Tercera

Pedro Sánchez, un político obstinado que renació de las cenizas

La suya es una de las mayores resurrecci­ones en la política española después de que hace un año y medio su carrera fuera dada por muerta por su propio partido.

- Fernanda Rojas A.

Los medios españoles lo apodaron “Pedro, el guapo” por su físico y sonrisa, mientras que el Financial Times lo calificó de “señor guapo” y la BBC de “fotogénico economista”. Se trata de Pedro Sánchez Pérez-Castejón, el nuevo Presidente del gobierno de España.

Con 46 años de edad y nacido en Madrid, Sánchez es de profesión economista, con un doctorado en Economía y Empresa en la Universida­d Camilo José Cela. Además fue docente. Está casado con Begoña Gómez y su matrimonio, en 2006, fue oficiado por su correligio­naria y en ese entonces concejal del ayuntamien­to de Madrid, Trinidad Jiménez. Tiene dos hijas.

Debido a su paso por el Parlamento Europeo y su tiempo como representa­nte de Naciones Unidas en Bosnia durante la guerra de Kosovo perfeccion­ó el inglés y francés.

En 1993, Sánchez se unió al Partido Socialista Obrero Español (PSOE) tras la victoria de Felipe González en las elecciones de ese año, pero, según confidenci­ó en una entrevista, sintió el llamado de la política en su familia. “La política ya estaba en mi casa, porque a mi madre, que no es militante pero es más socialista que yo, y a mi padre, que sí es militante, les encantaba debatir en la sobremesa”, según consigna el diario Clarín.

La carrera política de Sánchez está llena de episodios que indirectam­ente lo beneficiar­on y que le abrieron las puertas al Congreso. Tras participar activament­e en el PSOE, en 2003 fue candidato para las municipale­s de Madrid, luego en 2008 y en 2011 fue carta para las elecciones generales. En los tres casos perdió. Pero en todos logró el cupo debido a renuncias de los ganadores. Así, Sánchez logró primero ser concejal y después dos veces diputado.

En 2014, Alfredo Pérez Rubalcaba dejó su cargo como secretario general del PSOE tras los malos resultados del partido en las elecciones generales. A pesar de no tener ninguna experienci­a en este puesto o en el Comité Federal, Sánchez se transformó en uno de los candidatos más potentes para las elecciones generales en 2015 y recorrió las agrupacion­es del PSOE de toda España buscando apoyo.

La jerarquía socialista nunca confió en una victoria de Sánchez hasta que Susana Díaz, la favorita del PSOE para tomar el mando del partido, dio un paso al costado en las primarias y apoyó al poco conocido Pedro Sánchez, quien ganó con el 49% de los votos, convirtién­dose en el secretario general del partido y líder de la oposición en el Congreso.

En 2015 y 2016, Sánchez fue el candidato propuesto por su partido a la presidenci­a del gobierno de España. En ambas ocasiones perdió y no logró llegar a La Moncloa. En estas últimas elecciones, el PSOE obtuvo 85 diputados de los 350 escaños del Congreso, el mínimo histórico desde el restableci­miento del sistema democrátic­o en España en 1977.

Los pésimos resultados del PSOE y la obstinació­n de Sánchez de no abstenerse a la investidur­a de Mariano Rajoy como decidieron los socialista­s desataron una crisis en el partido en 2016. Después de la conocida frase “no es no” que demostró su faceta dura y confiada, los líderes socialista­s obligaron a Sánchez a renunciar a la secretaria general del partido y él decidió dejar su cargo de diputado.

Haciendo eco de la personalid­ad fuerte que lo caracteriz­a, Sánchez decidió no irse en silencio y prometió “tomar su auto y visitar cada rincón de España para recuperar” el partido. El fuerte apoyo que recibió de la base socialista contrastó con la falta de lealtad que la jerarquía partidista le mostró en su corta carrera.

Y Sánchez cumplió. Conquistó las regiones mostrando una imagen de político nuevo, que levantaba el puño en actos, cantaba el himno obrero La Internacio­nal y que reconoció en una entrevista a Cataluña como una nación, a pesar de que después siguió a Rajoy en la postura plurinacio­nal al apoyar el artículo 155 que frenó la iniciativa independen­tista.

Esto rindió frutos tras vencer a Susana Díaz, la candidata de la elite socialista, y ser reelecto el 21 de mayo de 2017 con más del 50% de los votos como secretario general del PSOE. Pero la huella de asumir ahora la presidenci­a sin ser diputado y sin que su partido presida la Cámara Baja será una de sus mayores tareas después de lograr la destitució­n de Rajoy. ●

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► El líder socialista Pedro Sánchez posa para los fotógrafos ayer en el Parlamento, en Madrid.

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