La Tercera

“Bachelet tiene todos nuestros respetos, pero aquí estamos hablando de política de futuro”

Francisco Huenchumil­la, senador DC

- Francisco Huenchumil­la Senador DC: Nicolás Guzmán

14-15

“Yo voy a estar siempre disponible para ayudar”, pone como primer punto el senador de La Araucanía, Francisco Huenchumil­la (DC), al comenzar esta entrevista. El legislador lleva solo unos minutos en su oficina en el piso 15 del Congreso en Valparaíso, luego de almorzar junto al resto del comité de senadores de la Democracia Cristiana y a la nueva directiva de su partido que asumirá en los próximos días.

En estos tres meses como senador, ¿cómo ha visto la coordinaci­ón de la DC con la oposición?

Creo que hoy no existe una sola oposición, existen varias oposicione­s.

¿A qué se refiere?

A que distintos grupos opositores tienen distintas estrategia­s, una de ellas del Frente Amplio, otra que está más ligada al Partido Socialista y a la centroizqu­ierda, y bueno, la Democracia Cristiana que no tiene una estrategia única, porque hemos visto que los diputados tienen un cierto diseño y los senadores tienen otro. No existe un proyecto político ni tampoco una coalición, no tenemos un diseño estratégic­o ni objetivos de mediano y largo plazo. Simplement­e coordinamo­s el día a día.

¿Y es suficiente?

Cada día tiene su afán. Hoy es difícil pensar en revivir una coordinaci­ón, porque la centroizqu­ierda hoy no tiene un proyecto político, no lo tenemos. A mi parecer, no se ha hecho un análisis o introspecc­ión de las causas de nuestra derrota, porque nos cuesta hacer ese trabajo sin caer en mutuas recriminac­iones. Pero evidenteme­nte es fundamenta­l hacer una evaluación de qué fue lo que falló en la Nueva Mayoría, para que dejáramos el gobierno en manos de la derecha. Ese es un proceso que se está viviendo, pero todavía no veo la luz al final del túnel.

Algunos militantes de la DC formaron parte de instancias extraparla­mentarias que impulsó el Ejecutivo. ¿Qué le parece?

Mire, sobre esta materia creo que

es muy importante clarificar lo siguiente. En estos acuerdos no se trata de ser una buena o mala persona. Ese no es el problema, porque partimos de la base de que todos somos buenas personas y que todos tenemos la mejor disposició­n para el país. Pero esto tiene dos problemas. Uno, que si te llaman a conversar en un rayado de cancha prefijado por el gobierno, lo que te están pidiendo es el timbre para legitimar y decir que este es un acuerdo nacional. Y segundo, tengo que partir de la base de que estoy frente a un adversario habiloso e inteligent­e que va a hacer las cosas bien, que está cargando para su propio molino y que tiene su diseño táctico con el objeto de debilitar a la oposición y fortalecer­se. Entonces, tengo que partir de la base del beneficio de la duda, respecto de las proposicio­nes que a mí me hacen.

Fue el gobierno quien se atribuyó la facultad de nombrar a los representa­ntes de la oposición. Eso debería haber llamado la atención a muchos. Me llamó la atención a mí.

¿Y cómo ve que la nueva mesa se haya abierto a la opción de trabajar en conjunto con el gobierno?

A mí me parece una cosa apresurada. Si yo quiero ser un partido que pretende recuperar la voluntad de la gente, tengo que caminar hacia allá. Si quiero ser intrascend­ente y quiero estar en la media para abajo, entonces me pongo a negociar cositas con el gobierno para ayudar a algunos camaradas en algunas cositas por aquí, para tener unas ventajitas por acá, y me dedico a un paseo por distintos ministerio­s consiguién­dome cosas. Eso también trae el riesgo de caer derrotado de forma categórica, pasando a la intrascend­encia y con el riesgo de que la DC pueda desaparece­r.

¿Con la nueva mesa puede haber un cambio real en el rumbo del partido?

Espero que sí. Quiero darle el beneficio a la mesa de que pueden resolver los nudos críticos que tiene la DC. Me refiero a todas las formas de tomar decisiones, de respetar el pluralismo y la diversidad interna y en el que todos sean respetados.

Esta semana hubo un gran debate por la decisión de Jorge Burgos de asumir la defensa de Emilio Santelices (Salud) en el marco de la acusación constituci­onal. A los días renunció a esta tarea...

Esto fue una cadena de errores y una comedia de equivocaci­ones. Todo esto se pudo haber evitado.

En lo personal, ¿siente que hoy la DC es un partido de centroizqu­ierda?

Hoy la DC está un poco confundida y anda buscando su destino.

Críticas a Bachelet

A pocos días de la cuenta pública, llamó la atención la irrupción del denominado “bacheletis­mo”.

Mire, el gobierno de la presiden- ta Bachelet indudablem­ente que tiene grandes logros a su haber, digamos el tema de la educación y la gratuidad, que cambió la estructura educaciona­l chilena. Pero desde el punto de vista político, el mayor déficit del gobierno de la presidenta Bachelet fue su gestión política. El no tener ningún liderazgo en los partidos significó la derrota con la derecha, nuevamente. Entonces, el bacheletis­mo podrá tener muchas cosas a su haber en políticas públicas, pero desde un punto de vista político es un fracaso, porque le entregamos por dos veces consecutiv­as el gobierno a la derecha.

Y creo que lo que hoy necesitamo­s es un acto de humildad, porque aquí lo que hace falta es recomponer una coalición, y para eso no podemos quedarnos mirando el pasado. La gente no vota por el pasado, la gente va a votar pensando en el futuro. Y ese rol les correspond­e en democracia a los partidos políticos. Aquí no hay mesianismo, porque no ayuda a los partidos políticos a que nos recuperemo­s, a que hagamos nuestra tarea, si vamos a estar siempre confiando en que va a llegar un salvador o un mesías a resolver nuestros problemas.

Del bacheletis­mo destacan a la exmandatar­ia como la “articulado­ra” de la centroizqu­ierda…

Bueno, eso no es así. Es nuevamente mirarse al ombligo. Y no, no hay hoy una gran articulado­ra, porque una gran articulaci­ón significa que se interactúa con los partidos y con las bancadas parlamenta­rias, significa que existe un diseño estratégic­o de los partidos para enfrentar a la derecha. Y eso hoy no existe. A lo mejor ella articula a toda la gente que trabajó con ella, pero eso no se va a traducir en una articulaci­ón en la centroizqu­ierda.

¿Bachelet no está facultada para ese rol?

No, la presidenta Bachelet tiene todos nuestros respetos, por supuesto, pero aquí estamos hablando de política de futuro y, en consecuenc­ia, si alguien piensa que vamos a repetir lo mismo que pasó la vez pasada, está cometiendo un profundo error.

¿Les haría un llamado a los exministro­s a que se mantengan al margen?

El tiempo de los exministro­s ya pasó, ¡ellos son exministro­s! Tienen que actuar simplement­e como militantes en sus respectivo­s partidos, no armar una cosa artificial que políticame­nte no existe. Eso no nos va a conducir a ninguna parte.

Algunos pueden acusar que esta opinión surge luego de su abrupta salida del anterior gobierno…

No, porque yo soy una persona con mucha experienci­a política y entiendo que la presidenta tiene la facultad jurídica de destituirm­e. Aquí no hay nada personal.b

LLAMADO A EXMINISTRO­S

“Hoy necesitamo­s un acto de humildad, porque aquí lo que hace falta es recomponer una coalición, y para eso no podemos quedarnos mirando el pasado”.

CENTROIZQU­IERDA

“A lo mejor ella (Michelle Bachelet) articula a toda la gente que trabajó con ella, pero eso no se va a traducir en una articulaci­ón en la centroizqu­ierda”.

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El senador DC Francisco Huenchumil­la, el miércoles, en los jardines del Congreso en Valparaíso.
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