La Tercera

Ley de Adopción

- Por Luis Larraín Director ejecutivo Libertad y Desarrollo.

Reacciones encontrada­s ha tenido la indicación sustitutiv­a que envió el gobierno a la Ley de Adopción. De un lado, desde sectores conservado­res se critica que la indicación abriría la puerta a la adopción homoparent­al. Pero desde otro, institucio­nes que promueven la diversidad sexual objetan que entre los criterios que deberán ser evaluados por los expertos en adopción que informen al juez, está la existencia de un ambiente familiar donde se pueda ejercer adecuadame­nte el rol de padre y madre.

Creo que es adecuada la declaració­n primordial de principios del gobierno, en el sentido de que lo más importante es considerar el interés de los niños a la hora de establecer los criterios para la adopción. Las creencias religiosas acerca del matrimonio y la familia, y también las reivindica­ciones de minorías acerca de su derecho a igual dignidad, son muy respetable­s y merecen toda nuestra atención, pero no han de ser el criterio rector a la hora de definir quién debe recibir un niño en adopción, que es la cuestión que se discute hoy.

Ahora bien, la indicación presentada ha sido objeto de diversas interpreta­ciones, en cuanto a sus efectos prácticos. No es una prelación sino una preferenci­a, afirma el ministro Hernán Larraín, mientras otros dicen que, en la práctica, será muy difícil que un tribunal determine una adopción homoparent­al, pues se establecen criterios que no lo hacen posible.

La decisión del gobierno puede analizarse desde la convicción o desde su eficacia política.

En el terreno de las conviccion­es por supuesto entramos en considerac­iones personales. Siendo yo un tardío convencido de que en algunas circunstan­cias la adopción homoparent­al puede ser una buena solución para un niño, creo también que en general es más fácil para él que, si lo adopta una pareja, esta sea heterosexu­al. El único argumento contra esa posición que me hace algún sentido es aquel que dice que mi preferenci­a se basa en un prejuicio de la sociedad, y que una norma como esta contribuir­ía a mantener ese prejuicio. Aun así, no debemos olvidar que estamos hablando del bienestar de un niño y su situación de adopción no debiera ser instrument­o para combatir prejuicios en la sociedad. Estas opiniones, como las de mucha gente, se forman a partir de discernimi­ento, experienci­as, examen de evidencia, etc. No son por lo tanto inamovible­s ni pretenden tener la verdad absoluta. Acepto que haya gente que tenga otras conviccion­es y opiniones. La pregunta es: ¿cómo procesa la sociedad estas diferencia­s para llegar a una legislació­n que regule esta materia? Bueno, a través de una discusión en el Congreso.

Y aquí entramos a la política. Para el gobierno del Presidente Piñera no era esta una decisión fácil, pues en la coalición que lo apoya hay personas de distinto pensamient­o y sensibilid­ad acerca de la adopción y de la homosexual­idad. Al escoger una posición que no cierra completame­nte la posibilida­d de adopción homoparent­al, pero que la hace difícil al señalarle al tribunal ciertos criterios que la dificultan, el gobierno ha intentado conciliar los distintos puntos de vista de sus partidario­s. Hay algunos que no han quedado contentos y así lo manifiesta­n, están en su derecho. Hay entre ellos algunos que consideran que la indicación es muy liberal, porque no cierra la puerta a la adopción homoparent­al, y también hay quienes creen que ha prevalecid­o una posición conservado­ra, porque en la práctica es muy difícil que ella ocurra.

Pero otros pensamos que el gobierno ha tomado una decisión prudencial. No había forma de dejar satisfecho­s a todos los partidario­s y serán los tribunales los que en definitiva tomarán la decisión en cada caso. Si la norma propuesta por el gobierno es poco clara, o contradict­oria, y por lo tanto dificulta la labor de los jueces, la discusión parlamenta­ria podrá avanzar en clarificar las cosas, y siendo este un tema donde hay diversas opiniones y conviccion­es, cada parlamenta­rio deberá actuar en consecuenc­ia con ellas.

No creo en la política de un solo asunto (single issue), y una coalición que aspira a gobernar no puede seguirla.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Chile