El complejo escenario de Argentina
Hace poco más de ocho meses el ambiente en el gobierno argentino rebozaba optimismo tras el triunfo de la coalición oficialista en las elecciones legislativas. Se hablaba entonces de un giro en la política transandina que dejaba al Presidente Mauricio Macri en buen pie para su eventual reelección. Sin embargo, el ánimo cambió radicalmente en los últimos meses tras la depreciación del peso, la fuerte alza de la tasa de interés y la solicitud de un préstamo de US$ 50 mil millones al FMI para hacer frente al complejo escenario económico interno. Un difícil panorama al que se le sumó el lunes pasado la presión de los sindicatos con un paro general que fue considerado por algunos analistas transandinos como el mayor desde 2001.
Frente a esto, los desafíos que tiene por delante el mandatario transandino son especialmente difíciles. En un país donde todos los presidentes no peronistas de los últimos 35 años han acabado sumidos en crisis económicas que les han impedido terminar su periodo, los hechos despiertan evidente inquietud. Si bien la principal responsabilidad de lo que actualmente sucede en ese país no recae en el actual gobierno sino en la herencia que recibió de la administración anterior -con un déficit fiscal cercano al 8% y una inflación del 25%-, algunos critican a Macri por no haber medido correctamente la gravedad de la situación. Un diagnóstico que llevó al mandatario a privilegiar el gradualismo por sobre un ajuste más severo. Pero es difícil saber hoy las consecuencias políticas que ese eventual ajuste habría tenido en ese momento.
El mandatario argentino tiene ahora el desafío más complejo de sus poco más de dos años de presidencia. Debe definir el equilibrio exacto entre gestión política y manejo económico para cumplir con las exigencias del ajuste impuesto por el FMI sin generar un aumento de la conflictividad social que amenace la estabilidad de su gobierno. Macri sigue teniendo a su favor el hecho de que la oposición permanece dividida. Pero el paro del lunes pasado mostró un movimiento sindical reforzado tanto por el descontento ciudadano que han causado algunas medidas del gobierno –como el alza de tarifas- como por el proceso de renovación de cargos que enfrentan. Por ello, la Casa Rosada deberá recurrir ahora a todas sus habilidades políticas y al diálogo para sortear con éxito el actual panorama.