DEFENSA NACIONAL, ¿QUO VADIS?
SEÑOR DIRECTOR
Cuesta entender el acento del gobierno en el financiamiento de las FF.AA. y el alargamiento de la carrera militar sin contar con la información que permita vincular estos cambios con el concepto de la Defensa de Chile para el Siglo XXI, es decir, ordenarnos en cuanto al lugar de la carreta y los bueyes.
Los gobiernos pasan y los errores en estas materias normalmente se pagan muy caro.
Una política de estado no deja espacio para ventajas subalternas, en este caso, la Defensa no es un tema de los militares sino que de los políticos; la Defensa es más que sus FF.AA. La sociedad debe tener un consenso sobre qué funciones y roles les asignaremos a los militares dentro y fuera del país; qué estructuras, equipamiento e instrucción se requieren; cómo se financiarán; y, finalmente, que es necesario contar con mecanismos de control de eficiencia.
Aprendimos de los desastres naturales y de trágicas situaciones de entrenamiento de las FF.AA. lo caro que nos resultó comprobar las falencias en cuanto a su preparación, equipamiento o nivel de entrenamiento.
Poco hemos aprendido, y no ayuda ver a autoridades, con y sin chaquetas, hablando de la importancia del Servicio Militar (cuyos familiares no lo realizan), asistiendo a ejercicios que no comprenden y decidiendo sin conocimiento sobre temas de Defensa. Le sugiero al gobierno hacer sus mejores esfuerzos por incentivar el aporte del mundo social y académico civil y militar, por cierto, para que desde nuestros partidos políticos –que hasta ahora han demostrado poca densidad en estas materias- surjan buenas ideas de control y asesoría, tendientes a contar con una Defensa Nacional eficiente.