INSTITUTO NACIONAL
SEÑOR DIRECTOR
Como exalumno del Instituto Nacional condeno enérgicamente las cobardes agresiones sufridas por profesores el fin de semana recién pasado: encapuchados les rociaron bencina durante una jornada de clases recuperativas.
Esto traspasa todo límite y requiere actualizar los manuales de convivencia, ya que actualmente muchos tienen la sensación de gozar de impunidad frente a hechos tan deleznables como estos. Los responsables, en caso de ser alumnos, deben ser expulsados. A la educación pública se va a estudiar, no a delinquir.
Tuve la suerte de aprender de docentes extraordinarios en colegios municipales de San Ramón y Santiago. Ahí experimenté personalmente aquel concepto que ha cambiado la historia reciente de nuestro país: la educación es un motor clave de movilidad social.
Disfruté de la entrega y dedicación de
mis maestros, quienes a pesar de todas las dificultades de trabajar para el Estado, nos entregaban clases de primer nivel y daban su vida entera para educar a generaciones completas de jóvenes esforzados, que muchas veces éramos los primeros de nuestras familias en soñar con ser profesionales.
Existen pocas situaciones de mayor vulnerabilidad y humillación que ser atacado con combustible. Nadie merece un trato así. Mucho menos quienes contribuyen día a día a formar al futuro de Chile. Jorge Acosta Concejal de Santiago por Republicanos