DOBLE ESTÁNDAR EN POLÍTICA
SEÑOR DIRECTOR
Nada más parecido a un gobierno que otro gobierno, y nada más parecido a una oposición que otra oposición.
El pasado gobierno sostenía que malas señales económicas internas provenían de problemas en la economía mundial, mientras la oposición culpaba entonces a las reformas que impulsó ese gobierno. La actual oposición enrostra al gobierno de ahora algunas señales económicas inquietantes, mientras el ministro de Hacienda nos pide que no olvidemos cuán dependiente es nuestra economía de la situación mundial.
El gobierno anterior se quejaba de la falta de colaboración de la oposición, y ésta acusaba a ese gobierno de no querer dialogar y llegar a acuerdos. El actual gobierno llama antipatriótica a la oposición y ésta se lamenta de que el gobierno no converse suficientemente con ella.
Esta mediocridad del mundo político y su agobiante doble estándar es una de las principales causas de que muchos ciudadanos se desentiendan completamente de la actividad política y permanezcan a la espera de alguna figura, de algún partido, de alguna coa- lición, que se comporte con menos mezquindad y mayor altura de miras.
La política nunca ha sido una actividad que promueva los mejores sentimientos del corazón humano, ¿pero por qué tiene que alentar los peores?
Agustín Squella