La Tercera

De la cantidad a la calidad

- Aldo Cassinelli Director ejecutivo Instituto Libertad

La sociedad nos demanda pasar de la cantidad de servicios que el Estado entrega, a la calidad que tienen esas prestacion­es. Esto, que parece tan fácil, resulta extremadam­ente complejo, ya que la calidad es un concepto subjetivo.

Siempre es más fácil construir una escuela, que lograr que los alumnos tengan una educación que les permita enfrentar los desafíos del mundo. Lo mismo sucede con un hospital versus la atención que se puede entregar en el mismo. Y para qué decir en materia de seguridad pública, donde es más concreto entregar vehículos policiales o aumentar la dotación de carabinero­s que mejorar la percepción de seguridad. Estos son solo algunos ejemplos de la diferencia en la manera en que debemos enfrentar las políticas públicas si queremos realmente avanzar en lo que la sociedad nos demanda, que es mejorar su calidad de vida.

Uno de los dilemas con los cuales se enfrentan los gobiernos, al momento de proponer políticas para el futuro, es el de distribuir o crecer. Entre estos dos conceptos -crecer más rápido o repartir más- se ha centrado el debate por años. La evidencia, en especial en este último período, nos ha demostrado que para mejorar la distribuci­ón es condición necesaria un adecuado crecimient­o, sin el cual resulta prácticame­nte imposible mejorar la condición de vida de las personas.

Cuando nos referimos a este nuevo enfoque estamos pensando en aquellas medidas que tienden al buen gobierno, pero también a la superación de las fallas de mercado. En términos macrosocia­les, esta postura implica relevar los niveles de confianza existente entre los actores de la sociedad, las normas de comportami­ento cívico y el nivel de asociativi­dad, todo lo cual impacta de manera positiva en la cohesión social y desarrollo de los miembros, mediante procesos de inclusión que acrecienta­n el sentido de pertenenci­a.

Si entendemos que el desafío por la cobertura de servicios (cantidad) está medianamen­te cumplida por parte del Estado, es razonable comenzar a movernos en la dirección de la calidad de los servicios que se proveen. El desafío no es menor. Pasar de la cantidad a la calidad en nuestro país será la gran batalla de los próximos años, y en esta cruzada nadie puede estar ausente. Por el contrario, la necesaria coordinaci­ón que desde el Estado se hace de las actividade­s privadas, en una lógica subsidiari­a, será esencial para mejorar la calidad de vida de todos.

Entre más equipemos la calidad de vida de la población, más nos estaremos acercando a la justicia social. Y en ese sentido, el crecimient­o económico se legitima como acción necesaria para su cumplimien­to.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Chile