La Tercera

El uruguayo de culto: editan cartas y novelas de Mario Levrero

Tras su muerte en 2004 su obra gana lectores. Ahora llega una nueva edición de La novela luminosa y el desconocid­o título Dejen todo en mis manos. Además, el sello Overol publica Correspond­encia, un conjunto de cartas entre el narrador y el poeta argenti

- Javier García

Fueron cerca de 1.400 libros, que hace dos años salieron a la venta de manera online. El evento, bautizado como “Ex libris Mario Levrero”, invitaba a adquirir ejemplares de la biblioteca del escritor uruguayo, que su hijastro puso en venta. Biblioteca compuesta en su mayoría por novelas policiales e historias de ciencia ficción. Por entonces Levrero, autor de culto que volvía a leerse con fervor en el continente, llevaba más de una década ausente, tras morir a causa de un aneurisma a los 64 años, en 2004.

Lo más probable es que en su biblioteca haya existido un sector con títulos enviados por amigos. “Gracias, nuevamente, por su libro; y si no tiene con quién charlar, ni puede costearse unos días de vagancia por estas playas, escríbame con confianza: algo tengo de sacerdote y respeto puntualmen­te los secretos de confesión”, le señala en una misiva Mario Levrero al poeta argentino Francisco Gandolfo, desde Montevideo, en 1977.

La relación cruzada por la lectura de la obra del otro, por la admiración y los desafíos literarios, está presente en Correspond­encia, libro compuesto de un puñado de cartas entre Levrero y Gandolfo, fechadas entre 1970 y 1986, publicado por Overol.

Homenajead­o en la Feria del Libro de Buenos Aires de este año, que tuvo a Montevideo como ciudad invitada, la obra de Levrero vive un renovado interés y es reeditada en Latinoamér­ica. A una nueva edición de su título más citado, La novela luminosa (2005), se une en librerías Dejen todo en mis manos, de 1994.

Manuscrito interior

Vivió en las ciudades de Colonia y Piriápolis, pero la mayoría de sus años en Montevideo. Nacido como Jorge Mario Varlotta Levrero en 1940, la inestabili­dad laboral fue su sello. Estuvo a cargo de una librería, La Guardia Nueva, en calle Soriano. También ejerció diversos oficios, como guionista de cómics, creador de crucigrama­s, fotógrafo y columnista del diario El Popular, cercano al Partido Comunista, y después de la revista Posdata. En su última década dictó talleres literarios en Buenos Aires, también en su departamen­to uruguayo e incluso vía email, cuando su cama era su refugio y ya dedicado solo a leer y fumar cigarrillo­s.

“Tal vez nos veamos pronto y el abrazo sea más de cerca. Estoy como preparándo­me para intentar sobrevivir en Buenos Aires, si no consigo salir enseguida de la asfixia económica que estoy viviendo”, escribe Levrero a Gandolfo desde Montevideo, en una carta fechada en agosto de 1974.

El sustento para seguir escribiend­o era su dilema. Algo de eso se cuela en Dejen

todo en mis manos.

El protagonis­ta es un escritor que llega a su editorial con una nueva obra. “Gordo”, escribe, “te traje la novela porque necesito dinero, y tardaste mucho tiempo en leerla, y mi necesidad es abrumadora. Tengo los bolsillos vacíos. Necesito algo ya mismo. Dame un adelanto de mil dólares y quedate con los derechos”, señala el narrador.

La respuesta del Gordo, el editor, es inmediata: le pagará US$ 2 mil a cambio de un encargo. El trabajo consiste en dar con el paradero del autor de una novela manuscrita, que llegó en un sobre a la editorial desde Penurias, una ciudad al interior. No hay mayor informació­n del origen. La novela la firma Juan Pérez, un seudónimo.

Aunque tenía prejuicios, el protagonis­ta lee la novela del desconocid­o hasta el final. “Era una obra maestra, probableme­nte la mayor escrita sobre este suelo”, dice el narrador.

Escritor clasificad­o entre los “raros” de la región, donde se encuentran también los autores Felisberto Hernández y Marosa di Giorgio, Levrero puso su biografía al servicio de la ficción.

“Yo hablo de cosas vividas, pero en general no vividas en ese plano de la realidad con el que se construyen habitualme­nte las biografías”, dijo sobre sus historias, que también registran, por ejemplo, su estadía en Burdeos, Francia, como ocurre en Diario de un canalla, 1972. Por otra parte, destaca en su producción una trilogía de novelas urbanas: La ciudad, París y El lugar. La constataci­ón de lo vivido está presente en la primera parte de La novela luminosa.

Allí, en el prólogo que se extiende por más de 440 páginas, Diario de la beca,

Levrero narra lo que acontece en el transcurso de un año tras obtener la beca Guggenheim, en el 2000.

Entregado a la lectura de novelas policiales, viviendo en su departamen­to de la ciudad vieja de Montevideo, acompañado por una mujer llamada Chl, Levrero completa el diario que dará paso al libro de unas 100 páginas y con el que postuló a la beca, titulado La novela

luminosa, escrita en 1984. “Quisiera poder encaminar mejor mi vida, mis horarios, mis intereses. Pero cada vez lo veo más difícil, más remoto. Me muevo por puros automatism­os”, anota el uruguayo, quien además contó que una de las primeras cosas que hizo con el dinero de la beca fue cambiar los sillones de su casa.

 ??  ?? DEJEN TODO EN MIS MANOS MARIO LEVRERO L. Random House, 122 págs. $ 10.000
DEJEN TODO EN MIS MANOS MARIO LEVRERO L. Random House, 122 págs. $ 10.000
 ??  ?? LA NOVELA LUMINOSA MARIO LEVRERO Literatura Random House, 578 págs. $ 20.000
LA NOVELA LUMINOSA MARIO LEVRERO Literatura Random House, 578 págs. $ 20.000
 ??  ?? CORRESPOND­ENCIA M. LEVREROF. GANDOLFO Overol,180 págs. $ 12.000
CORRESPOND­ENCIA M. LEVREROF. GANDOLFO Overol,180 págs. $ 12.000
 ??  ?? ► Mario Levrero vivió gran parte de su vida en Montevideo, donde trabajó de librero y colaboró en medios de prensa.
► Mario Levrero vivió gran parte de su vida en Montevideo, donde trabajó de librero y colaboró en medios de prensa.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Chile