La U se queda en blanco
Los azules caen inapelablemente con Palestino en el debut de Ivo Basay en la banca árabe. El cuadro laico se despide en semifinales de Copa Chile y con ello desperdicia una chance de entrar a la Libertadores.
No hay caso con la U. Cuando se pensaba que sus dos triunfos en línea por el torneo local podían significar el repunte tras un año demasiado irregular, llegó el Palestino del debutante Ivo Basay para lapidar cualquier atisbo de alza, eliminarla de la Copa Chile y devolver a tierra a un equipo frágil desde todo punto de vista, incluso sicológico. De paso, para el cuadro árabe el triunfo y el consiguiente paso a la final de la Copa Chile supone una inyección anímina de cara a la recta final del torneo nacional donde pelean el descenso.
Apenas una semana después de haber derrotado con claridad al mismo rival y en el mismo recinto, los azules llegaban nuevamente a La Cisterna. Esta vez, eso sí, el resultado sería diametralmente opuesto, mismo caso que la puesta en escena de los estu- diantiles. Y, por cierto, las estocadas árabes llegaron directo al corazón al dejarlos a un paso de la final de Copa Chile, un objetivo real y con la cierta posibilidad de clasificar a la Libertadores, que se esfumó de un plumazo.
La U, como colectivo, no apareció por el Municipal. No hubo fútbol, no hubo ideas. No hubo jerarquía ni amor propio. La defensa estuvo dormida y los volantes convivieron demasiado inconexos, perdiendo permanentemente esa zona de la cancha. No por nada Kusolo delka, quien tendrá que dar muchas explicaciones al directorio azul por lo ocurrido ayer, terminó cambiando a los tres mediocampistas antes de los 70 minutos. Encima, el único que proponía algo distinto, como Yerko Leiva, salió inentendiblemente en el entretiempo.
Aún así, los goles del cuadro de colonia llegaron por enormes desatenciones del equipo laico. Y eso es más grave aún. Porque no los superaban en el trámite. Pero los regalos siempre se agradecen. Primero, a los 27’, Fernández cabeceó en el corazón del área rival tras un tiro de esquina. Herrera, a decir verdad, no tuvo ninguna opción de reaccionar. Fue un fusilamiento.
Lo peor vendría en el complemento. Los hinchas aún no volvían a sus asientos tras el descanso, las bancas apenas se reacomodaban y gracias al Pájaro Gutiérrez, Palestino, en diez segundos, ampliaba las cifras en un abrir y cerrar de ojos y cuatro toques desde que reinició el cotejo. La U pagó carísimo la pasividad de Gonzalo Jara, una más en su bitácora.
El partido siguió adelante, pero los universitarios no encontraron las respuestas que buscaban en los hombres de refresco. Ni Pizarro, ni Taiva, ni Ubilla dieron las soluciones que necesitaba su escuadra. Y el cotejo llegó a su fin y con ello la desilusión de una U que no encuentra el rumbo, que se quedó en el camino en Copa Chile con un equipo que está más preocupado de pelear por no descender y que al contrario de lo que muchos creían, no ha iniciado el camino del repunte. ●