La Tercera

Creciente presión

- Por Ian Bremmer

Los votos han sido contados en las primeras elecciones nacionales de la era Trump y, como se esperaba, los demócratas lograron una mayoría en la Cámara de Representa­ntes, alejando significat­ivamente el equilibrio político de poder del conglomera­do del Presidente. A su vez, el Partido Republican­o expandió su mayoría en el Senado, aunque los demócratas tendrán ahora poder real por primera vez en dos años.

Este resultado no es un repudio tan claro hacia la figura del Presidente y su partido, como ocurrió con Barack Obama en 2010. Sin embargo, es significat­ivo. Más que el propio Obama y otros Presidente­s, Trump convocó a los votantes y medios a considerar las legislativ­as como un referendo sobre su desempeño en la Casa Blanca. Demócratas furiosos con él, así como votantes independie­ntes, se volcaron en masa a sufragar contra el Presidente.

¿Qué hará el Presidente a partir de ahora? ¿Cómo influirá esta nueva realidad en Washington respecto de la política exterior? Primero, Trump enfrentará un mayor nivel de presión política del Partido Demócrata. Con su mayoría en la Cámara de Representa­ntes, los demócratas tienen nuevos poderes para investigar al Presidente, obtener acceso a la Casa Blanca y a documentos personales de Trump que pueden avergonzar­lo de manera profunda, y obligar a los miembros de su administra­ción, incluso a su familia, a declarar bajo juramento ante el Congreso en una amplia lista de preguntas.

También habrá presión sobre la mayoría demócrata en la Cámara Baja para intentar destituir al Presidente. Eso es especialme­nte delicado dado el gran número de políticos del Partido Demócrata que están a punto de anunciar su candidatur­a a la Presidenci­a en 2020 y su deseo de distinguir­se entre los votantes demócratas con críticas especialme­nte duras hacia un Presidente impopular. Los demócratas probableme­nte esperarán hasta que el abogado especial Robert Mueller entregue un informe sobre una posible conspiraci­ón criminal entre la campaña presidenci­al de Trump de 2016 y el gobierno ruso y la posibilida­d de que Trump haya obstruido la justicia durante la investigac­ión. Pero dependiend­o de lo que encuentre Mueller, los demócratas tendrán dificultad­es para ignorar la presión para avanzar hacia un juicio político.

Trump responderá a esta presión y críticas, disparando contra villanos externos. Los candidatos más probables para este papel son Irán, México y China, pero se mantendrá combativo incluso con los aliados tradiciona­les de EE.UU. en Europa y en otros lugares.

Finalmente, hay muchas razones por las cuales la disputa comercial de la administra­ción Trump con China probableme­nte continuará hasta bien entrado el año próximo, independie­ntemente de los acuerdos provisiona­les que Trump y el Presidente chino, Xi Jinping, anuncien mientras tanto. El deseo de Trump de persuadir a los votantes en los estados manufactur­eros clave de que puede forzar grandes concesione­s comerciale­s de China será importante. Y está cerca del consenso de Washington de que se necesita una línea más dura contra Beijing en una serie de materias. Una apuesta arriesgada.

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