“Errázuriz y Ezzati perdieron legitimidad”
¿Qué tiene que ocurrir para superar la crisis de la Iglesia Católica en Chile?
Se trata de un proceso, donde más que querer superar la crisis, primero hay que diagnosticarla y enfrentarla. Y con este libro intentamos contribuir a iniciar esa tan necesaria conversación.
¿Asumen el rol de la jerarquía de la Iglesia? Los cardenales Ricardo Ezzati y Francisco Javier Errázuriz han recibido críticas, pero también lo han hecho otros prelados...
Es una crisis institucional y superarla exige que sus autoridades cuenten con legitimidad, algo que perdieron por completo el arzobispo Ricardo Ezzati y el cardenal Francisco Javier Errázuriz. La situación actual es muy crítica. No solo hay que hacerse cargo de la tragedia de los casos de abuso denunciados, sino que aquellos que debían cumplir un papel importante en ese proceso parecen estar involucrados de una u otra manera con ellos.
Y en el resto de los obispos, ¿a faltado liderazgo?
Me parece que ha fallado toda la jerarquía de la Iglesia. Hay personas concretas que, en un trabajo silencioso, han tratado de hacer algo desde adentro con los casos de abusos, pero queda la sensación de que todas las autoridades fracasaron.
¿Piensa que la crisis de la Iglesia está radicada solamente en los abusos?
Es una expresión importante de ella, porque el abuso es una traición especialmente profunda de la misión y vocación de la Iglesia. No creo que las dificultades de la Iglesia residan exclusivamente en ese campo, aunque éste tenga un protagonismo evidente. A la Iglesia le ha costado relacionarse con los tiempos que corren.
¿Qué recuerda usted, especialmente, de la visita del
Papa Francisco en enero?
La visita a la cárcel de mujeres, por la visibilidad que dio a un espacio donde residen las personas más marginadas de nuestra sociedad. Fue también clave el apoyo a Barros en Iquique, un momento muy doloroso y en el que más de alguno pensó que se venía abajo la visita, pero ese episodio gatilló la decisión del Papa de iniciar el trabajo de Scicluna e invitar a las víctimas de Karadima al Vaticano.b