“Gobierno puede unir estabilidad y desigualdad”
Respecto de Bolsonaro, Haddad plantea que “estamos ante una persona no preparada al frente de la Presidencia”.
Segundo en la elección presidencial de 2018, con 47 millones de votos en el balotaje, Fernando Haddad afirma que Brasil podrá vivir la siguiente realidad a partir de la posesión de su adversario en las urnas, el capitán retirado Jair Bolsonaro, elegido con 58 millones de votos: estabilidad social y política asociada a un aumento de la desigualdad.
Se hizo evidente un desapego entre el PT y la población evangélica, cada vez más creciente e influyente. ¿Cómo pretende manejar esto ahora?
El PT, históricamente, nunca buscó propiamente apoyo de las iglesias porque siempre supo de las dificultades de eso, siempre buscó una cierta neutralidad. Yo no excluyo, e incluso considero sano, que tengamos interlocución con la base neopentecostal en torno a un proyecto de nación. Porque si el neopentecostalismo da sustentación política al neoliberalismo podemos tener una estabilidad que puede traer más desigualdad, porque no es verdad que la desigualdad genera inestabilidad. Usted puede tener un
escenario en el que tiene una estabilidad en medio del aumento de la desigualdad.
¿Cómo es posible tener una sociedad estable con aumento de desigualdad?
Creo que vamos a tener en los próximos cuatro años, hasta por inercia del ciclo económico, una situación mejor que los últimos cuatro años. Casi que por una cuestión matemática. Sólo que ese bajo crecimiento que se anuncia, del orden del 2,5% al año, vendrá acompañado del aumento de la desigualdad en función de las medidas económicas que el gobierno va a adoptar. Para tener alguna oportunidad de estabilidad política, va a tener que ponerse una agenda conservadora.
¿Cómo evalúa la nueva configuración de fuerzas en el Congreso y la relación con el gobierno?
El perfil del Congreso es el perfil adherente al gobierno. El gobierno tiene un camino para componer la mayoría. No sé si tiene capacidad para hacerlo o no, pero tiene un camino. Será una dinámica de tutela e intimidación. Estamos ante una persona no preparada al frente de la Presidencia, una persona que no va propiamente a liderar procesos.b